¡Es la víspera!
¡ Es la ilusión!.
Es San Juan, quizás sea un don.
Las fogaleras, crecidas,
en algún solar
terraplenes abandonados
terraplenes abandonados
o el asfalto.
Se tiñe de rosa el cielo,
la luna, prendida,
juega a la escondidilla
tras las nubes encendidas
viajeras y adormecidas.
Que no conoce,
que le son ajenas,
que le llegan a ella
como algodones de fiesta.
¡Clin,clan!...una monedita pa' San Juan
¡Clin, clen!...pa' esta noche arder
¡Clin, clon!... San Juan encendió
¡Clin, clun!...¿por qué no la saltas tú?
¡Vaya que sí!
¡la saltaré por allí!.
6 comentarios:
Esta noche me ha gustado siempre, desde que era muy pequeña. Como a ti, según observo.
El poema es delicioso, tan apropiado para esta noche mágica, tan saltarín sobre la hoguera.
Un beso, Tanci.
Se respira fiesta ancestral en tu post... el ambiente mágico del solsticio hace aparición entre penumbras iluminadas por el resplandor de hogueras aquí y allá... Piñas asadas, grupos de niños entusiasmados, el olor a humo pegándose a los cabellos despeinados por el viento... y el salto, el logro... la confianza en un mundo nuevo renacido de las cenizas. ¡buen salto!
Hola Isabel, gracias por acercarte en este noche de San Juan tan celebrada en tantos sitios. Desde pequeña me ha gustado esa magia que se aderezaba alrededor del fuego. Y me cautivaban los cuentos que se contaban alrededor de la hoguera. Me alegra que te gustara este poema saltarín. ;-) Un abrazo.
Mi querida Alicia, encestral es la palabra. Es una fiesta para todos y de todos. ¿Por qué será que cautiva tanto apostarnos alrededor de esa hoguera viendo reducirse hasta el final?. Si, pueden ser los ancestros... Y en eso estamos, en la confianza en un mundo renacido. Me ha gustado, como siempre, verte por aquí. Y la verdad, no nos queda otra. Hay que seguir saltando. te mando un fuerte abrazo.
¡Que bonito, querida Tanci!
Me has puesto al borde de las llamas, en mi niñez de pueblo. Habrá que celebrarlo juntas...
Me ha encantado.
Un arco de besos llameantes para ti.
Gracis Virgi. Si te he retrotraído a tu niñez, me alegra y además sin nostalgias. Y es verdad, hay que celebrarlo en un futuro no muy lejamo . Al fin y al cabo las tradiciones vuelven a unir a las gentes. Y recojo ese arco de bellos llamenayes para cuando se apaguen algunos hacer uso de ellos. Imagino que permanecerámn vivos de momento...
Un fuerte abrazo lleno de ilusión. Y que no muera ésta.
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