lunes, 26 de noviembre de 2018

Santa Cecilia musical


El inicio en la música para un niño pequeño son sus manos. Sus manos apoyadas en una mesa cualquiera cuando lo sostienes, a su vez, sobre tus rodillas estando sentada tras ella. Golpea insistentemente y con fuerza una y otra vez sobre esa mesa de madera y experimenta, con su continuo toqueteo, la música. Es su tambor. Un tambor improvisado hecho sonido, hecho música. Toca con sus manitas haciendo ruidos... toques rápidos, lentos, sincopados, débiles o fuertes, uno detrás de otro... para luego, de repente, pararse a oír el silencio. Su propio silencio. Luego viene el run, run gutural, ese que le sale por casualidad pero que repite y repite porque ya lo va reconociendo. Algún ajijide salido de su garganta junto con sus manitas que golpetean sobre esa mesa, forman el primer acercamiento hacia su mundo musical. Al tiempo, mueve su cuerpecito con un balanceo que nadie le ha enseñado. Es el ritmo. Su propio ritmo. Ese, que unido a las notas musicales, acompañará de por vida a su propia vida.

https://youtu.be/65GqY3scg6M

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