Me encantan tus fotografías, siempre que voy de viaje me fijo en las casas, me da mucho que pensar esas vantanas y balcones... Las tuyas con las señales del tiempo, son para escribir un relato tú lo resumes en pocas palabras. Un abrazo fuerte amiga.
La vida interior es en muchas ocasiones imperceptible y sólo una mirada reposada es capaz de captarla. Creo que tú lo consigues, Tanci. Por otro lado, sí que esconden secretos las partes no visibles de las casas, como las no visibles de las personas. Un haiku que evoca muchos significados. Te abrazo con mucho cariño.
¡Cuánto cuentan tus fotos, amiga mía! Las percibo cercanas y familiares. Siempre me ha gustado observar las casas desde ese ángulo... e imaginar lo que sus muros dicen y las historias que encierran. ¡Preciosa entrada, Tanci! Un abrazo cariñoso.
Hola, Tanci. Seguramente esas casas guardan un sin fin de recuerdos, unos buenos y otros tal vez no tanto, pero en definitiva solo ellas son cómplices de lo vivido. Un precioso Haiku y muy bellas fotografías. Abrazos. Rosa.
Las casas parecen impregnarse del vivir de sus moradores -hábitos,espíritu y caprichos- y cuando pasan a antiguas o ya no están los que en ellas habitaban devuelven lo recibido, rezuman todo aquello que han absorbido; sólo falta sensibilidad para captarlo. Un abrazo, tanci
Como nosotros, tesoro, una cosa es lo que se ve y otra cómo somos, con nuestros patios y trasteros, nuestros jardines y azoteas. Me gustó. Y las fotos también, menos mal que aún quedan esos rincones. Un abrazo grande desde la entrada hasta el tejado
Rosario, estoy contigo: Puertas y ventanas que dicen algo. Abiertas, cerradas, entreabiertas... algo queda dentro y en el aire. Me alegra que te gusten mis fotos. Un abrazo para tí desde mi rincón.
Isabel, es verdad escondrijos en las casas y escondrijos en las personas. Las casas muestran con señales, las personas nos envían además mensajes. Siempre tus mensajes llenan mi espacio interior como exterior. En este caso mi interior lo recibe agradecida. Un fuierte abrazo, amiga.
Juglar, me pasa como atí. Me fascina observar las viejas casonas. Habitadas o no. Imaginar un mundo que puede ser real o tal vez irreal. Adentrarnos en ellas no llevaría a un sin fin de conjeturas que bien merecerían buenos relatos. Gracais por tus palabras y por tu visita. Siempre atenta. Un abrazo.
Laura muchos besos para tí también Espero que todo marche bien. Tal vez y en algún momento merezca la pena adentrarse en esa parte oscuro de algunas casas... una nueva experiencia se abre ante nuestro ojos. Nueva experiencia, nueva imaginación, nuevos relatos, nueva creatividad... Sacarle provecho a la parte posterior para hacerla brillar. En este caso hay un submundo en la parte de atrás ¿no crees?. Buena semana.
Rosa, en lo cierto. Tanto sus paredes como sus ventanales, como sus techumbres guardan recuerdos de vidas vividas. Felices, infelices, tristes, alegres... todo lo que una larga vida pueda atestiguar.Siempre me alegra verte por mi casa. Te lo agradezco y te envío un beso.
Demián, pues algo de cierto podría haber en tus palabras ¿Alguna vez no has ido a una casa en la que lo más que te apetecía era echar a correr? Y por el contrario , ¿en alguna otra en la que lo que te apetecía era sentarte tranquilamente, echar ojeadas a tu alrededor y empaparte del ambiente confortable y sereno que se respiraba?...si tal vez una sutil percepción de la piel hacia el interior. Siempre elocuente en tus palabras. Abrazos.
Explorador, mirando a nuestro alrededor conseguimos descubrir otros mundo y otros misterios. Algunos están por descubrir apenas detrás unos viejos muros... silvestres, adocenados... no sé cualquiera que sea el submundo. Siempre gracias por tus palabras. Un abrazo, amigo.
Je, je, Virgi. Pasa, pasa y no te quedes en la entrada... je, je. Si, cierto como nosotros. Va encadenado al refrán las apariencias engañan. Si quedan, pero me da la impresión que van quedando algo abandonados. No sé si porque sus moradores han ido envejeciendo o porque necesitan mucho trabajo, o porque ya no las viven... En fin el caso es que habría que proteger este tipo de construcciones y su entorno.Gracias por tus palabras. Me hacen reflexionar. Un fuerte abrazo, amiga.
Sí, detrás de las fachadas, pervive la verdad; igual en las casas que en las personas. Las trastiendas del alma, la vida interior a la que solo acceden unos pocos. Algunas ventanas, como la poesía, dejan entrever algún atisbo. Yo lo he visto, yo lo veo, lo siento, lo presiento, lo vivo, lo percibo siempre que me acerco a este Yo, Tanci. Un abrazo, amiga.
Esos pocos son afortunados, Isabel. Sutil tu percepción que me honra dado que tus palabras salen de tu magistral arte y poesía. A veces alongarse a una de esas pequeñas ventanas no está nada mal.Parece que la vida está ma´s cercana a nuestro mundo, por otro lado tan similar uno de otro. Gracias por tus palabras y por tu vista.
Ana, siempre la naturaleza más auténtica, más pura, más diáfana. Estoy contigo. Este mundo natural es el que me cautiva.Gracias por tu visita. Te mando un beso.
22 comentarios:
Me encantan tus fotografías, siempre que voy de viaje me fijo en las casas, me da mucho que pensar esas vantanas y balcones...
Las tuyas con las señales del tiempo, son para escribir un relato tú lo resumes en pocas palabras.
Un abrazo fuerte amiga.
La vida interior es en muchas ocasiones imperceptible y sólo una mirada reposada es capaz de captarla. Creo que tú lo consigues, Tanci.
Por otro lado, sí que esconden secretos las partes no visibles de las casas, como las no visibles de las personas.
Un haiku que evoca muchos significados.
Te abrazo con mucho cariño.
¡Cuánto cuentan tus fotos, amiga mía!
Las percibo cercanas y familiares.
Siempre me ha gustado observar las casas desde ese ángulo... e imaginar lo que sus muros dicen y las historias que encierran.
¡Preciosa entrada, Tanci!
Un abrazo cariñoso.
Precioso Haiku sacado de la trastieda de lo que a simple no vemos, de lo que parece oculto pero existe.
Dicen que conoces a alguien cuando te desvela lo más oscuro de su casa...y a veces ...es mejor no conocerlo.
Besos de Lunes ¡gran haiku!.
Hola, Tanci.
Seguramente esas casas guardan un sin fin de recuerdos, unos buenos y otros tal vez no tanto, pero en definitiva solo ellas son cómplices de lo vivido.
Un precioso Haiku y muy bellas fotografías.
Abrazos.
Rosa.
Preciosas fotos ( sobre todo, para mi, la primera) y profundo mensaje.
Las casas parecen impregnarse del vivir de sus moradores -hábitos,espíritu y caprichos- y cuando pasan a antiguas o ya no están los que en ellas habitaban devuelven lo recibido, rezuman todo aquello que han absorbido; sólo falta sensibilidad para captarlo.
Un abrazo, tanci
Otra vida silvestre y salvaje, desconocida...a veces turbia, pero espontanea. hay que saber mirar ;)
Un saludo :)
Como nosotros, tesoro, una cosa es lo que se ve y otra cómo somos, con nuestros patios y trasteros, nuestros jardines y azoteas.
Me gustó.
Y las fotos también, menos mal que aún quedan esos rincones.
Un abrazo grande desde la entrada hasta el tejado
Rosario, estoy contigo: Puertas y ventanas que dicen algo. Abiertas, cerradas, entreabiertas... algo queda dentro y en el aire. Me alegra que te gusten mis fotos. Un abrazo para tí desde mi rincón.
Isabel, es verdad escondrijos en las casas y escondrijos en las personas. Las casas muestran con señales, las personas nos envían además mensajes. Siempre tus mensajes llenan mi espacio interior como exterior. En este caso mi interior lo recibe agradecida. Un fuierte abrazo, amiga.
Juglar, me pasa como atí. Me fascina observar las viejas casonas. Habitadas o no. Imaginar un mundo que puede ser real o tal vez irreal. Adentrarnos en ellas no llevaría a un sin fin de conjeturas que bien merecerían buenos relatos. Gracais por tus palabras y por tu visita. Siempre atenta. Un abrazo.
Laura muchos besos para tí también Espero que todo marche bien. Tal vez y en algún momento merezca la pena adentrarse en esa parte oscuro de algunas casas... una nueva experiencia se abre ante nuestro ojos. Nueva experiencia, nueva imaginación, nuevos relatos, nueva creatividad... Sacarle provecho a la parte posterior para hacerla brillar. En este caso hay un submundo en la parte de atrás ¿no crees?. Buena semana.
Rosa, en lo cierto. Tanto sus paredes como sus ventanales, como sus techumbres guardan recuerdos de vidas vividas. Felices, infelices, tristes, alegres... todo lo que una larga vida pueda atestiguar.Siempre me alegra verte por mi casa. Te lo agradezco y te envío un beso.
Demián, pues algo de cierto podría haber en tus palabras ¿Alguna vez no has ido a una casa en la que lo más que te apetecía era echar a correr? Y por el contrario , ¿en alguna otra en la que lo que te apetecía era sentarte tranquilamente, echar ojeadas a tu alrededor y empaparte del ambiente confortable y sereno que se respiraba?...si tal vez una sutil percepción de la piel hacia el interior. Siempre elocuente en tus palabras. Abrazos.
Explorador, mirando a nuestro alrededor conseguimos descubrir otros mundo y otros misterios. Algunos están por descubrir apenas detrás unos viejos muros... silvestres, adocenados... no sé cualquiera que sea el submundo. Siempre gracias por tus palabras. Un abrazo, amigo.
Je, je, Virgi. Pasa, pasa y no te quedes en la entrada... je, je. Si, cierto como nosotros. Va encadenado al refrán las apariencias engañan. Si quedan, pero me da la impresión que van quedando algo abandonados. No sé si porque sus moradores han ido envejeciendo o porque necesitan mucho trabajo, o porque ya no las viven... En fin el caso es que habría que proteger este tipo de construcciones y su entorno.Gracias por tus palabras. Me hacen reflexionar. Un fuerte abrazo, amiga.
María Jesús, coincido contigo. Aunque la segunda toma es una panorámica del enclave. Gracias por venir. Un beso.
Sí, detrás de las fachadas, pervive la verdad; igual en las casas que en las personas. Las trastiendas del alma, la vida interior a la que solo acceden unos pocos. Algunas ventanas, como la poesía, dejan entrever algún atisbo. Yo lo he visto, yo lo veo, lo siento, lo presiento, lo vivo, lo percibo siempre que me acerco a este Yo, Tanci. Un abrazo, amiga.
Pues sí, late otro mundo y pienso que más auténtico que el de las grandes ciudades, más en contacto con la naturaleza y las cosas sencillas.
Gracias por tu visita.
Un abrazo.
Esos pocos son afortunados, Isabel. Sutil tu percepción que me honra dado que tus palabras salen de tu magistral arte y poesía. A veces alongarse a una de esas pequeñas ventanas no está nada mal.Parece que la vida está ma´s cercana a nuestro mundo, por otro lado tan similar uno de otro. Gracias por tus palabras y por tu vista.
Ana, siempre la naturaleza más auténtica, más pura, más diáfana. Estoy contigo. Este mundo natural es el que me cautiva.Gracias por tu visita. Te mando un beso.
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