Permanece en mi memoria, todavía, el título del primer libro que me regalaron cuando apenas tenía, creo recordar, ocho años. La portada era lo más atractivo del cuento, de cartón duro e impresa con dibujos finamente estampados y rellenos con brillantes y llamativos colores. “El ruiseñor y la rosa” era su título, de Oscar Wilde y de la Editorial Bruguera y en la “Colección Para la infancia”. Dentro, seis dibujos distintos y distribuidos a lo largo de todo el cuento, esmeradamente perfilados, dando la sensación de esos cuidados y finos bocetos hechos a tinta china. Todo lo demás, letras y más letras en muy pequeño tamaño para hacerlo cercano a un infante, a mi parecer.
Esa fue la impronta reflejada por aquel entonces ya que todavía no tenía el hábito de la lectura, aunque sí la capacidad para apreciar la estética y simetría visual. Debo reconocer, en honor a la verdad, que estaba más interesada en trepar a un ciruelo o a un peral, coger su fruta y enfrentarme a un reto conmigo misma hasta conseguir aquella que estaba más lejos de lo que mis brazos podían alcanzar. Me alongaba a través de una de las ramas del árbol y lo sentía balancear bajo mi cuerpo, peligrosamente, hasta coger la fruta que pretendía escaparse con su lejanía. Puedo asegurar que no hay quien me gane subiendo a los árboles y trepando a lo más alto de sus ramas, aún hoy día, aunque haya pasado el tiempo…
Posteriormente llegó, con 9 años, el primer libro que me cautivó eternamente. No lo hizo por sus dibujos, ya que tenía apenas un par de ellos en blanco y negro salteados en algunas de sus páginas. Tampoco, en un principio, por su portada, diseñada con un solo color y diferenciada en varias tonalidades de azul. Su título, “La isla de los delfines azules” de Scott O’Dell, me sedujo notablemente. Y no precisamente por mi afición a la lectura, que todavía no la tenía, sino porque los largos días que tuve que permanecer en cama, permitieron que mi padre, siempre con buen tino, tomara la decisión de acercarse a la librería más cercana a nuestro domicilio, pidiera consejo al librero y volviera con él en la mano obsequiándomelo para mi placer y para mis días de reposo continuo. Si acertó o no en su momento, de eso yo no fui consciente, pero la chica que aparecía en la portada con un arco de flechas en su mano y portando a sus espaldas un carcaj o aljaba, como una auténtica heroína, superviviente en una isla desierta, despertó en mí el ansia de lectura hasta entonces algo dormida.
Más tarde seguí siendo lectora de horas solitarias, engullendo lo que caía en mis manos incluidos comics y tiras de humor, pasito a pasito. Llegó otra etapa de poesía, de prosa poética, de cuentos infantiles, de pedagogía y psicología, ensayos y un largo etc. Todo ese bagaje se ha ido acrecentando a medida que han ido llegando nuevas necesidades personales, nuevas ansias de descubrimientos; en definitiva, nuevas perspectivas.
Hoy irrumpen en nuestro círculo los e-books, como así lo hicieran antaño la radio, la televisión, los teléfonos móviles, los ordenadores… Los tenemos ya entre nosotros y se dispensan como si de rosquillas se trataran, compitiendo distintas marcas por ofrecer calidades cada vez más altas, con mejores prestaciones y diseños estéticos que capturan al posible y futuro comprador. Los hemos palpado, nos atraen. Particularmente, todavía no tengo ninguno en mi poder. Si los he experimentado ha sido a través de las de personas cercanas a mi círculo personal, que son más dadas que yo a utilizar las nuevas tecnologías nada más comercializarse. Yo me lo pienso más y siempre recurro a ellas, a mis amistades, cuando al final decido tomar mi decisión para renovarme. ¿Renovarse o morir? Me planteo. ¿Es entonces éste, el principio del fin de los libros impresos en formato papel y que nos han acompañado a lo largo de toda nuestra vida? En la cama, en la escuela, en el instituto, en la universidad, en la escuela otra vez, en casa, en la azotea, en la playa, en el campo, en la guagua… Cuando tengo un libro entre las manos me pasa lo mismo que cuando escribo con pluma estilográfica sobre papel, en una cuartilla o en un folio. Experimento un placer especial. Alguna vez he escrito sobre ese arte caído en desuso y casi desconocido para algunos jóvenes: la caligrafía, pero abundar en ello lo dejo para otro momento.
Gratas sensaciones de olfato, tacto, vista y casi de oído me tientan y me emocionan al pasar cada una de las hojas del libro que tengo entre las manos. Y llegar a tenerlo entre las manos supone todo un proceso continuado; desde dirigirte a la librería de turno, preguntar al librero, sentir la duda un tanto expectante de si lo tienen o no. O bien, dirigir tus propios pasos, libremente, a la estantería en dónde están colocados por temas y hacer tu búsqueda personal. El mismo gusanillo lo sientes en tu interior. Luego, pagas, te lo empaquetan, lo llevas a casa, lo desembalas o desembolsas, y finalmente lo abres. De nuevo, pones todos tus sentidos a funcionar. Se abre un poderoso y sensitivo mundo ante ti, y hasta que no lo acabas de leer y de absorber, no estás tranquila. El libro y tú forman una común unión de sentido, sensibilidad, aprendizajes y proyecciones inconscientes que, sin saber de qué manera, se va adueñando de ti como si pasara a formar parte de tu persona. Hasta que llega el día en que lo terminas y vuelves a la libertad de elección de otro amor, con otros gustos, con otra idea tal vez más ampliada, pero sin dejar de recordar el anterior que tanto te comunicó y que tanto te aportó.
Ahora nos están bombardeando con estos nuevos artilugios, llamados e-readers y e-books, que no puedo manosear, que no puedo subrayar, en los que no puedo hacer anotaciones a los lados o a pie de página, donde no puedo poner un marcador, o dos o tres según conveniencia de la lectura. Tampoco puedo doblar apenas y por un ladito la esquina de la hoja…
No digo que en un futuro, quizás bastante cercano, no tenga entre mis manos uno de ellos. Se me están yendo los ojos a los distintos modelos que me llegan a través de diferentes anuncios publicitarios. Pero el caso es que leo en las noticias y a través de internet, que si yo deseo publicar mi propio e-book lo puedo hacer de una manera personal, sin intermediarios y sin la tardanza que supondría hacer pasar un libro por imprenta a través de páginas web como bubok o lulu. Y que incluso, mi libro, mis memorias, mi poesía, mis pláticas, mis dibujos… o lo quiera que sea, no tendrían que pasar por ninguna editorial, ni por ningún equipo de redacción, corrección, etc.
Entonces, ¿Qué razón tienen ya las editoriales? ¿Qué razón para sus equipos de trabajo, sus formatos, sus lanzamientos, su presentación…, si existen ya personas que auto publicándose su propio libro han llegado a un nivel de ventas (o descargas) muy superior al que hubiera tenido su libro expuesto en la estantería de cualquier librería? Así las cosas, ya me han entrado ganas de explorar la manera de ir diseñando mi propio e-book. De momento, garabateo un poco, o mejor dicho, tecleo un poco en este ordenador mío que, además me guarda todo sin yo proponérmelo, corrige si se lo ordeno y amplía su letra en la forma y tamaño adecuados para beneficio de mi miopía. Y, hay que admitirlo, me está facilitando mucho mi tarea. Tal vez mañana y en un futuro algo lejano y, aunque yo no tenga el deseado formato impreso en papel entre mis manos, y no lo pueda manosear, olfatear, subrayar, marcar… etc. Tal vez mañana digo, y mediante ese posible y futuro e-book personal, llegue a ser una escritora archiconocida en este mundillo llamado ciberespacio en menos de lo que canta un gallo. Y tal vez sea más leída que si lo hiciera a través del tradicional libro de imprenta. Tal es el caso de John Locke, el “autor del millón de e-books”.
Mientras, sigo asombrándome porque hace apenas cuatro años, ni tan siquiera sabía lo que era un blog, para qué servía y lo que me podía deparar. De no haber sido por mi amiga Alicia, que insistió en abrirme uno enseñándome el arte y las destrezas de este mundillo, no estaría “on-line”. Por mi parte, ni tan siquiera era consciente de que tenía algo que contar, aunque a la callada hiciera las veces de amanuense. Por aquel entonces, ya tenía algo publicado por mí, artesanalmente, en pequeñas libretas a rayas o cuadriculadas, con dibujos y diseños personales. Guardaba, con recato, mis pequeños relatos, vivencias, poesías, dibujos... antes de conocer el mundo de internet. Después de todo, tantos avances, tanta tecnología y yo sin enterarme de que fui una adelantada en esto de la auto publicación.
También puedes leer el artículo en la Zona Crash "Artículos para no dormir" de esta Web: http://www.aprenderaprogramar.com/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=54&Itemid=177
Gracias al portal Web "Aprender a programar" http://www.aprenderaprogramar.com/index.php?option=com_content&view=frontpage&Itemid=46 por su publicación.
31 comentarios:
Yo sigo necesitando oler y acariciar las hojas de los libros
Tenemos muchas coincidencias, querida Tanci, aunque en el caso de la "La isla de...", no lo llegara a leer, incluso teniéndolo muy cerca. Como tengo manera de encontrarlo, creo que lo retomaré gracias a tus palabras.
A esa edad que dices yo estaba ya prendada de Robinsón, las historias de Julio Verne, algunos libros que le robaba a mi madre (recuerdo 24 horas en la vida de una mujer y El amor de un antepasado mío) y muuuuchos colorines, hazañas bélicas, vidas ejemplares, mortadelo...
Como verás, tu entrada de hoy me ha sacado recuerdos a decenas...tantos, que mejor no sigo o te lleno yo solita el espacio de los comentarios.
Así que de los e-books, mejor hablar en directo, que tenemos una amiga común que seguro nos pone al día.
Me ha encantado esta empatía, muchos besos y hasta prontito.
Espero
Amiga Tanci, has hecho un camino largo en la lectura, tus primeros pasos hasta los blogs, cuantas alegrías, estimulos, evocaciones, logros, satisfacciones, ilusiones, emociones... Cada libro representa un capitulo de tu vida, de nuestra vida...
sigue alimentando aquella ilusión, estimada amiga.
Un beso,
Luis.
Qué delicia leerte, es un post que ha despertado muchos recuerdos y también me reflejo en muchas de las incógnitas que planteas. De niño y de joven fui devorador de un montón de tebeos y libros, algunas de las colecciones que mencionas me las zampé aprovechando, también, periodos de enfermedad, pero siempre fui un lector empedernido, desde que aprendí a leer.
Tampoco tengo un aparatillo de esos para leer libros electrónicos, pero sé que pronto o tarde acabarán imponiéndose, aunque los libros "de toda la vida" seguirán con nosotr@s muchos muchos años más.
Respecto a la autopublicación... yo soy un enamorado de los métodos artesanales(descubrí también esto de los blogs hace poco), durante 10 años estuve editando un fanzine en papel("Kastelló" se llamaba y tuvo bastante difusión en los mundillos undergrounds de los años 90), donde publicaron poemas, relatos, ilustraciones, viñetas, fotomontajes, ets, un montón de autor@s, algun@s de l@s cuales hoy día son profesionales.
Justo esta semana me estaba planteando eso que dices, apostar por la autoedición electrónica, ir a buscar plataformas como Amazon en lugar de seguir empeñado en enviar mis cosas a las editoriales que siguen centradas en el "mercado tradicional". Poco a poco esa es la salida, aunque, eso sí: haya suerte o no y consigamos o no much@s lector@s, lo difundamos de un modo u otro... lo importante y divertido y enriquecedor es el proceso creativo en sí, todo eso que sucede mientras escribimos, dibujamos, fotografiamos, filmamos (o lo mezclamos todo). A eso sí que no podremos renunciar nunca ¿verdad?
Un abrazo y de nuevo felicidades por este post, y suerte y ánimos para los nuevos proyectos en los que te embarques :)
es una excelente reseña!!
Felicitaciones
precioso gesto me has regalado
muchas gracias
desde Chile un abrazo
Una entrada preciosa, Tanci. Recoge lo que muchos pensamos, las dudas que nos asaltan.
Pero vayamos por orden. Los recuerdos de tus primeras lecturas me cuentan mucho de ti, de que eras más activa que pasiva, que preferías la vida al aire libre y sólo cuando caíste enferma por un tiempo descubriste lo que acompaña un libro y los mundos que abre. Un relato delicioso que me ha llenado de ternura hacia ti.
Además, me han transportado a mis primeras lecturas (Los cinco me chiflaban y quería ser Jorge para estar siempre de aventuras).
En cuanto al ebook, parece que se impone a pasos agigantados. Muchos escritores están ya publicando en Amazon, hartos de esperas y demás.
El caso que citas, el de John Locke, lo conocí hace unos quince días y me dejó con la boca abierta. La de ventas que hace este hombre... Pero lo que más me impactó fue que escribe una novela en 11, 12, 15 días. No sé, lo veo flipante. Tampoco puedo opinar porque no lo he leído.
A mí me gusta el papel, soy una clásica, pero tampoco excluyo esta forma de publicación, aunque tenga los inconvenientes que tan bien señalas: no se puede subrayar, escribir al margen, poner señaladores de lectura... Pero son los tiempos que corren y creo que el futuro anda por ahí (¿desaparecerán editoriales, librerías y demás fauna que se sustenta en la escritura?).
Supongo que nos iremos acostumbrando poco a poco. De hecho, la semana pasada ya estuve viendo un kindle de esos, pero aún no me he decidido. Sé que caerá antes o después. Lo mismo que sé que más adelante es probable que me planteé sacar cosas por esta vía. Por lo que cuentas, tú ya te has lanzado, así que ya nos informarás de cómo va todo esto.
Un abrazo muy grande, querida Tanci.
Bonito desfiele de lecturas, libros, reflexiones y futuribles; todo ello al ritmo cronológico que muchos de los que te leemos recordamos.
Nunca desaparecerá el libro impreso en papel, sería como tirar el contenido del Museo del Prado al Manzanares. Sin ponerle la proa al porvenir, hemos de seguir respirando tinta y acariciando papel; nunca renunciaré a ese placer.
Un abrazo.
Esos libros eran especialisimos. Y esos veranos, tambien. Yo siempre recordaré el ultimo verano miwok, o los de julio verne :)
Un abrazo
En el Kindle sí se pueden poner marcadores y subrayar. Hasta tiene una función que permite elegir si el subrayado sea de visión pública o privada. Los nuevos también permiten anotaciones. A mayores, puedes decidir el tamaño y la fuente de la letra.
A mi me tiene algo de mágico tener un cacharro de esos, tan ligero y fino, y pensar que contiene más de mil libros. Pero sin duda el mayor atractivo del libro electrónico es el precio. Cualquier clásico de más de 75 años de antigüedad está disponible legalmente y gratis en bibliotecas virtuales. Un par de movimientos de ratón y son tuyos para siempre. En obras nuevas la diferencia es también grande: el libro de Igor, por ejemplo, son 14 euros o 3,50, según quieras papel o pdf.
Dicho esto, no tengo e-book. Bajo los libros al móvil.
María Jesún, ta,bién yo necesito, por el momento, sentir los mismos estímulos. En un futuro ya se verá. Un abrazo.
Mi querida Virgi, son tantas las coincidencias... Pero no dejes de leer La isla de los delfines azules. Un libro enfocado al amor a la naturaleza y mucho de ecológico. Lo trabajé con mis alumnos algún que otro año en lectura. Fue una grata experiencia. Y si, hay que preguntarle a nuestra amiga y sondear estos nuevos artilugios. Quisiera enamorarme de ellos... pero de momento mi corazón está más con los de manosear. ¡Ay esos libros! Un fuerte abrazo, amiga.
Amigo Luis. Ese camino yo creo que lo hemos recorrido casi todos, en mayor o menos medida. Sobre todo los que pertenecemos a este mundillo. Y además, creo que somos y hemos sido unos privilegiados en este sentido.Por eso es bueno de vez en cuando mirar hacia atrás. Al menos a mi me lo parece.Gracias por tu comentario. Siempre completas el mío. Un abrazo Luis.
Ximo, el placer ha sido mio.Primero al conocer como dibujante y compartir tus lindas viñetas con todos.Segundo al acercarte más dando tu valiosa opinión. Desde mi punto de vista deberías lanzaere ya mismo a buscar ese ámbito nuevo del que hablamos. Tienes materia, material y mucha creatividad e ingenio. No debes desperdiciarlo. es cierto que lo importante no es cuántos te lleguen a leer. Lo importante es todo el proceso creativo y de elaboración. Ese gozo, esa alegría interior no hay quien nos la quite. Y fíjate, a mi me ha llegado más con este mundillo on line. Ni imaginarme...En mi post te dejo dos sitios o lugares para la auto publicación además de amazon. Hay que probar e intentar.No sabes bien la alegría que me has dado al saber que te gustó mi escrito.´Es un estímulo más en mi haber y la verdad, con que llegue a alguien ya me doy por satisfecha. Te mando mi entusiamo y adelante. un abrazo.
Elisa, bienvenida a mi blog. Tus poemas me gustan. Así también tu gesto de agradecimiento. Un abrazo.
Mi querida Isabel, has dado en el clavo. No sólo lo era, más activa que pasiva, sino que todavía permanece en mi esa acción de movimineto casi contínuo. No obstante, con los años uno va adquiriendo paralelamente nuevas destreza. Y a estarse quieta también se aprende. ;-) Esa ternura que me cuentas también me la has transportado a mi con creces.Gracias amiga. Lo de John Locke también me asombró cuando lo leí. No sé, no sé... todo es posible. Y no todos tenemos ritmos tan rápidos. Pero si que me dio por pensar. De ahí que saliera este post, conjugado con otros estímulos más. Al igual que tú, creo que el futuro b va siendo ese. Pero me queda la idea, un poco romántica, de los libros de toda la vida.Ya veremos. Decirte que se me queda un estupendo sabor de boca con tu comentario ya que somoa algunos en número los que pensamos lo mismo con respectoa esta nueva tecnología. Pero sigo utilizando mis liobretas, el ordenador y lo próximo ya se verá. Muchas gracias por tu estupendo comentario. Te mando un gran abrazo isabel.
Uf, Demián. Tus palabras me encantan y pasan a tranquilizarme. Pienso lo mismo. Nunca se acabarán. Figúrate, me he planteado lo mismo con respecto a los maestros y su final, con esto de la educación a través de Internet y tipo On Line. Espero que la fugura del maestro siga perenne. Al menos como modelo para seguir imitando en valores y actitudes. Me gustó lo de seguir respirando tinta y acaricias hojas de papel. Inevitablemente lo seguiré haciendo. Es un auténtico placer. Gracias por tu visita y por tus sabias palabras. un abrazo.
Hola Miércoles. Buenos datos los que nos aportas a los que somos neófitos en el asunto. No sabía que tenían una función para anotar, subrayar etc. Y si, veo que la diferencia de precio es grande. No creas ya me planteé la mudanza a otro lugar, en caso de que sucediera, ya que lo más engorroso de una mudanza siempre son los libros para mí. Habrá que entrar por el aro... no ´se. No lo tengo muy claro. Gracias por tus palabras y por tu visita. Un abrazo.
Explorador, los de Julio Verne también los recuerdo. Intentando meterme de elleno en sus fantásticas historias. De hecho volví a leer alguno de ellos de mayor. Una gozada. Espero que sigas también tus historias desde el lugar verde dónde te encuentras. Un abrazo.
Tanci: la "erótica" del libro de papel -o sea, del libro- es insustituible. No me imagino la vida sin libros.
Gracias por tu comentario, tan generoso, y un cordial abrazo desde Madrid.
Esta entrada me trae muchos y agradables recuerdos.
Sigo prefiriendo el papel, el olor y tacto de los libros, su presencia física... pero ya no me atrevo a decir que no utilizaré el e-book (uno de los regalos de jubilación de mis compañeros).
Sigo escribiendo con pluma, ¡pero ya no sé que haría sin ordenador!
Creo que lo importante, querida Tanci, es adaptarse a lo nuevo sin dejar de lado aquello que nos llena.
Un abrazo cercano.
Hola, Tanci, volví para leer tu entrada con detenimiento. Me he identificado contigo en todo lo que dices, en cuanto a los libros, libros, los de papel, y los digitales, pero pusiste el título a la entrada: "Renovarse o morir". Parece que tenemos que subirnos en este tren que va corriendo tan deprisa que si nos despistamos un poco nos deja en tierra. Y no es que eso sea tan malo, pero es que también nos merecemos disfrutar de lo nuevo, ¿no crees?. Pienso que somos afortunadas pues hemos podido tener los libros de papel en nuestras manos y, ahora, los e-books. Y también pienso que los de papel no van a desaparecer nunca. Ya nos encargaremos de conservarlos.
Ah, cuando tengas el tuyo listo para leer, avisa!
Un abrazo grande
Conchi
Estimado Antonio. También espero que los libros impresos no desaparezcan. Aunque se están usando tanto los electrónicos que van avanzando vertiginosamente. En fin que seguirá habieno en los dos formatos. Eso espero. Un saludo afectuoso también desde aquí.
Si, Juglar. Sabias palabras las tuyas. Adaptarse sin perder lo que nos satisface y también nos llena. Me alegra mucho que mi escrito te haya traído recuerdos. A veces los recuerdos se encargan también de poner algunas cosillas en su contexto.Gracias por tu visita.Un abrazo amiga.
Hola Boris, Bienvenido a mi espacio. Es un placer para mi saber que te ha gustado mi sitio. Y si, la luna me cautiva. No dudes en que pasaré por tu blog. Te saludo también afectuosamente.
Querida Conchi. El título va enfocado más a una reflexión que a un hecho consumado. En realidad si uno piensa y reflexiona sobre lo que era la escuela apenas unos cuántos años atrás... da que pensar. Lo que ha cambiado, con sus ordenadores, con su informatización... Siempre, creo yo, quedarán estos "artilugios" de papel para nuestro gozo y placer. Pero también es verdad que has de irte poniendo al día. La propia escuela lo va demandando. Y nuestra profesión debe ir siempre hacia adelante. En cuánto a la publicación me lo estoy pensando y mientras va madurando.Si que me alegró mucho la tuya en Amazon.Por cierto de momento ¿podría leerte a través de mi PC?.No tengo e-book. Un abrazo amiga. Y gracias por tu visita. Siempre la recibo con mucha alegría.Un abrazo
Tancy, he estado hoy en una conferencia a cerca del libro digital, y la muerte del libro tal y como lo conocemos. ... Convivirán durante un período de tiempo, pero después ... custodiaremos nuestros libros en papel como oro en paño, porque ...puede que no vuelvan a editarse de aquella forma.
La apuesta por el mundo digital es un debate de larga reflexión y tu entrada aunque larga, está maravillosamente centrada.
Mil besos.
Hola Laura. Probablemente muchos, al igual que yo, se hayan hecho la misma reflexión. La mía me salio un poco larga por los añadidos que le puse. Me hubiera encantado haber asistido a esa conferencia. No creas, me preocupa. He guardado con tanto mimo y decoro todos mis libros que... bueno, pues eso; renovarse o morir. Gracias por tu visita y por tu opinión. Un abrazo.
Ya sabes que yo no pongo pero alguno a los avances tecnológicos. Hace tiempo que leo en un kindle, que recomiendo encarecidamente a los grandes lectores, la experiencia es muy buena, y también tengo tres libros publicados en Amazon, con lo que estoy consiguiendo llegar a otro tipo de público. Aun así, es curioso, sigo prefiriendo escribir en libretas, algo de mágico tiene que tener el papel.
Anímate a publicar, te expresas muy bien, creo que estás preparada.
Una entrada muy interesante y amena.
Un abrazo y hasta dentro de dos semanas.
Estimada Mercedes, te agradezco un montón tu comentario. Como también te agradezco tu estímulo que me llega como gotas de rocío. Al final sé que lo adquiriré. Renovarse o morir. Además, mayor acicate para leerte en otro formato. No dejaré caer en saco roto tus palabras.Gracias por tu visita. Un gran abrazo.
Hola, Tanci
No sé si te respondí a lo que me preguntabas en tu comentario. Los libros digitales (como el mío) puedes leerlo en tu ordenador pero antes tienes que descargarte un programa. Si miras en esta página de Amazon encuentras para descargarlo gratuitamente. Solo hay que seguir los pasos.
http://www.amazon.es/gp/feature.html/ref=amb_link_161983847_6?ie=UTF8&docId=1000576323&pf_rd_m=A1AT7YVPFBWXBL&pf_rd_s=center-1&pf_rd_r=0FVJWP2E6EPBSNF1DP5N&pf_rd_t=1401&pf_rd_p=266378267&pf_rd_i=1000576363
Un abrazo
Conchi
Conchi, muchas gracias por la información. Desde que tenga un tiempo lo descargo. Ando un poco escasa de él. Te mando un beso y un abrazo.
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