... pues bien mirado toda una forma de protección, que no agresión. Ese es su cobijo. Demián, me alegra verte por aquí y te agradezco tu visita. Saludos saludables. ;-)
Yo también la busco, querida Tanci, por eso me escondo en mi cobijo y tan contenta. Eso sí, no tengo pinchos ni pinchas ni púas ni... Bueno, depende de los días, seré sincera, y las uso con fines de protección, de eso que no quepa duda.
Un besico y perdona que hoy haya estado algo traviesa.
Me encantan las travesuras. Sobre todo cuando son hechas sin maldad alguna y más que nada en un tono juguetón. Percibo que así son las tuyas, querida Isabel. Y ¡qué buenos sob los cobijos!. Quedamos amparadas totalmente ¿no?. En este caso las púas y los pinchos se atrincheran para formar un auténtico cobijo de calor y algo más tal vez. Siempre alegrándome de verte por mi espacio. El juego no va reñido con la trascendencia, así que sigue con tu travesura.
Querida Virgi, es verdad se ven muy bien organizados, tal vez acurrucándose para no dar a entender que están desplegando sus pequeñas uñas... si en el fondo también necesitan del calor unos de otros... Siempre gracias por venir.Un gran abrazo al calor de las letras.
Como los cactos,estamos deseosos de esa protección, que tan necesaria es para seguir el camino de la vida,sentirnos protegidos por los que queremos familia,amigos y amistades. Tus haikus,siguen pareciendo muy bonitos. Un abrazo. Rosa.
A los cactus les pasa como a las personas que necesitamos el contacto físico y el estar achuchaditos, pero siempre por personas que nos quieran, como pueden ser las amigas virtuales! Preciosa foto y precioso haiku. Un abrazo Conchi
Querida Tanci ¡seguimos en vena! Me gustan mucho tus haikus tan simples y a la vez tan llenos de evocaciones... Los cactus se protegen y asi lo hacemos todos... de cualquier agresión que provenga del exterior. Los dulces árabes, apiñaditos en su bandeja, han ido desapareciendo rápidamente y no quedan más que las raspas... ¡todo un éxito! Un abrazo fuerte
Rosa, así mismo permanecemos y tal vez sea esa la manera de seguir. ¡Cuán importante es la familia, los amigos... en una palabra el cobijo que nos proporcionan!. Me alegra que te sigan gustando mis pequeños poemas.Me gusta verte por aquí. Te agradezco tu visita. Un abrazo.
Conchi, un buen achuchón no tiene precio, por eso, creo yo, estos cactus no evitan estar muy juntitos unos al lado de los otros. No les importa el roce, más al contrario parece como si lo buscaran. ¿Deberíamos de aprender algo de ellos?. Las amistades virtuales son el cobijo de todos los que compartimos este medio. Y tú estás entre ellos. Gracias por estar ahí y por acercarte. Un gran abrazo para ti.
Je,Je, Alicia, apiñados y todo han ido saliendo de su cobijo.¡A nadie le amarga un dulce!.Me alegra doblemente; por un lado al paladar le es un placer, por el otro, han servido para lo que fueron creados, para dar dulzura y amor. Todo conjugado me ha llegado a mi también. Y si,gracias a su pequeñas espinas y a que se protegen, pueden sucumbir de un entorno poco favorable. No sabes cuánto me alegra que veas en mis haikus algo que te atrape. Es un honor para mi.Gracias mentora. Un fuerte abrazo.
No sé si pensar que hacen bien, juntos y en armonía, o si tantas puntas y apilamiento en realidad es una manera de dañarse por dentro, con otros pinchos. Pero la ambigüedad y los versos son buenos compañeros.
Explorador, pensemos más bien que no se dañarán por dentro. Tal va a ser la conveniencia de estos pinchos. Pensemos que es una manera de autoprotegerse al tiempo que calientan sus corazonesy, al menos en eso, les va la vida. Y bueno, no creas que aparentan tan ambiguos, tocarlos es arriegarse un poco...aunque nunca se sabe. Ante una buena caricia...Siempre encantada de verte pasar por aquí Un saludo también para ti
Hola Tanci, me ha gustado visitar tu blog. En cuanto a los cactus se que son muy duros, aunque viéndolos ahí apiñaditos, pienso que hasta los duros necesitan el contacto con los demás de su especie. Un abrazo.
Muchas gracias Tomi por venir y acercarte a mi rincón. Hasta los duros necesitan sentirse respaldados. Estás en lo cierto. Y estos cactos no iban a ser menos. Un abrazo también para ti.
16 comentarios:
... púas y puntas, contra toda agresión.
Saludos
... pues bien mirado toda una forma de protección, que no agresión. Ese es su cobijo. Demián, me alegra verte por aquí y te agradezco tu visita. Saludos saludables. ;-)
Yo también la busco, querida Tanci, por eso me escondo en mi cobijo y tan contenta.
Eso sí, no tengo pinchos ni pinchas ni púas ni... Bueno, depende de los días, seré sincera, y las uso con fines de protección, de eso que no quepa duda.
Un besico y perdona que hoy haya estado algo traviesa.
Pues yo los veo pero que bien pertrechados y organizados.
Besitos, tiernos y sonrientes.
Me encantan las travesuras. Sobre todo cuando son hechas sin maldad alguna y más que nada en un tono juguetón. Percibo que así son las tuyas, querida Isabel. Y ¡qué buenos sob los cobijos!. Quedamos amparadas totalmente ¿no?. En este caso las púas y los pinchos se atrincheran para formar un auténtico cobijo de calor y algo más tal vez. Siempre alegrándome de verte por mi espacio. El juego no va reñido con la trascendencia, así que sigue con tu travesura.
Querida Virgi, es verdad se ven muy bien organizados, tal vez acurrucándose para no dar a entender que están desplegando sus pequeñas uñas... si en el fondo también necesitan del calor unos de otros... Siempre gracias por venir.Un gran abrazo al calor de las letras.
Como los cactos,estamos deseosos de esa protección, que tan necesaria es para seguir el camino de la vida,sentirnos protegidos por los que queremos familia,amigos y amistades.
Tus haikus,siguen pareciendo muy bonitos.
Un abrazo.
Rosa.
A los cactus les pasa como a las personas que necesitamos el contacto físico y el estar achuchaditos, pero siempre por personas que nos quieran, como pueden ser las amigas virtuales!
Preciosa foto y precioso haiku.
Un abrazo
Conchi
Querida Tanci ¡seguimos en vena! Me gustan mucho tus haikus tan simples y a la vez tan llenos de evocaciones... Los cactus se protegen y asi lo hacemos todos... de cualquier agresión que provenga del exterior. Los dulces árabes, apiñaditos en su bandeja, han ido desapareciendo rápidamente y no quedan más que las raspas... ¡todo un éxito! Un abrazo fuerte
Rosa, así mismo permanecemos y tal vez sea esa la manera de seguir. ¡Cuán importante es la familia, los amigos... en una palabra el cobijo que nos proporcionan!. Me alegra que te sigan gustando mis pequeños poemas.Me gusta verte por aquí. Te agradezco tu visita. Un abrazo.
Conchi, un buen achuchón no tiene precio, por eso, creo yo, estos cactus no evitan estar muy juntitos unos al lado de los otros. No les importa el roce, más al contrario parece como si lo buscaran. ¿Deberíamos de aprender algo de ellos?. Las amistades virtuales son el cobijo de todos los que compartimos este medio. Y tú estás entre ellos. Gracias por estar ahí y por acercarte. Un gran abrazo para ti.
Je,Je, Alicia, apiñados y todo han ido saliendo de su cobijo.¡A nadie le amarga un dulce!.Me alegra doblemente; por un lado al paladar le es un placer, por el otro, han servido para lo que fueron creados, para dar dulzura y amor. Todo conjugado me ha llegado a mi también. Y si,gracias a su pequeñas espinas y a que se protegen, pueden sucumbir de un entorno poco favorable. No sabes cuánto me alegra que veas en mis haikus algo que te atrape. Es un honor para mi.Gracias mentora. Un fuerte abrazo.
No sé si pensar que hacen bien, juntos y en armonía, o si tantas puntas y apilamiento en realidad es una manera de dañarse por dentro, con otros pinchos. Pero la ambigüedad y los versos son buenos compañeros.
Un saludo.
Explorador, pensemos más bien que no se dañarán por dentro. Tal va a ser la conveniencia de estos pinchos. Pensemos que es una manera de autoprotegerse al tiempo que calientan sus corazonesy, al menos en eso, les va la vida. Y bueno, no creas que aparentan tan ambiguos, tocarlos es arriegarse un poco...aunque nunca se sabe. Ante una buena caricia...Siempre encantada de verte pasar por aquí Un saludo también para ti
Hola Tanci, me ha gustado visitar tu blog. En cuanto a los cactus se que son muy duros, aunque viéndolos ahí apiñaditos, pienso que hasta los duros necesitan el contacto con los demás de su especie.
Un abrazo.
Muchas gracias Tomi por venir y acercarte a mi rincón. Hasta los duros necesitan sentirse respaldados. Estás en lo cierto. Y estos cactos no iban a ser menos. Un abrazo también para ti.
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