Foto Julieta
No hace falta que llegue el invierno para saborear unos
buenos frutos secos.
Los higos pasados son esa clase de exquisitez que, de
paladearlos, notamos que estamos ante un manjar simple pero muy gustoso. Pero
si de manjar estamos hablando, he de reconocer que los de la isla de El Hierro son superiores en sabor con
mucha diferencia, según mi parecer.
No hace mucho tiempo llegó a mis manos un paquetito a través
de correos proveniente de esta isla. Cuando quité el envoltorio exterior me
apareció una pequeña cajita donde estaban apretaditos y muy bien colocados una
cierta variedad de higos pasados. Fue una de las mejores sorpresas recibidas
últimamente. Sin pesticidas, ni fungicidas, sin aditivos, sin herbicidas, lo
que hoy se da en llamar ecológicos. Me pareció el regalo perfecto y adecuado en
ese momento para mis sentidos y para mi
ánimo.
Pero en la isla del Meridiano diferencian las brevas, del
árbol llamado brevera, de las otras
brevas de la higuera del tipo llamado “nogales”, y que serían los primeros
higos que echaría el árbol. De estos higos hay en todas partes de la isla. Son
unos higos canelitos por dentro y por fuera. Todos los demás frutos son los higos.
D. Luis y Doña Asunción Cano Ayala, hermanos que viven en Valverde y que tienen uno
terrenitos en el Pinar y en Echedo y que todavía se dedican a apañarlos, le
contaron a mi amiga y ésta a su vez me lo comunicó a mí, que entre los higos
había que distinguir los llamados “cotios” y que es en Sabinosa, Betenama y
también por el Mocanal donde abundan. Siendo estos unos higos de color más
rosaditos por dentro y se dan sobre todo en zonas de costa.
Los higos “negros” abundan en la zona llamada Capellanía y
que está cerca de Valverde, así como en zonas de costa como es La Caleta muy
cercana al Aeropuerto. Son muchas personas las que tienen higueras de este
tipo. Llamados así por ser su piel mucho más negra que la de los demás.
En cuanto a los “nogales” existen de este tipo en todas partes, pero por donde más abundan es en el Pinar donde se
mezclan con los del tipo “cotios” y del tipo “blanco” también.
Por la zona de Echedo abundan los del tipo “cotios”.
Sin embargo, ¿cómo se logran unos buenos higos pasados al
estilo herreño? En primer lugar se han de recoger de la higuera sus frutos
cuando estos estén ya medio pasaditos y bien maduros. Viene siendo por el mes
de septiembre. No es bueno que el higo esté “regañado” para ponerlo a pasar. Ha
de estar enterito y en su punto. Acto seguido se tienden al sol y sobre jable,
zahorra o picón. Hay que tener en cuenta que el picón, a veces, se le incrusta
al higo y se le quedan pegadas esas pequeñas piedrecitas. Por ello se coloca una
base de pinocho sobre el picón y a su vez éstos sobre el pinocho. Pasados los
tres días de estar sobre esta base se
les va tocando amorosamente por el pezón para darles la vuelta. Se recogen en
un cesto y una vez ahí dentro se les riega con agua hirviendo, para matarle el
posible bicho que hubiera osado a permanecer en su interior, sólo apenas unos
segundos. Después se vuelven a poner extendidos desde por la mañana al sol. Una
vez calientes según se van recogiendo se van colocando en cajas o pequeños arcones
a los que se les recubre el fondo y los
laterales de hojas de la propia higuera puestas por el envés, y se van
apretando unos contra otros aplanando cada camada de higos hasta completar
estos recipientes llenos de dulzor y energía.
Hay que tener en cuenta que a las higueras no les hace falta
el riego ni el abono. Y es en octubre o en noviembre cuando se les despunta
para que con este proceso no se le ocurra echar muchas hojas ni tampoco muchas
puntas y de este modo pueda poner toda la fuerza del árbol sobre el higo.
Las manos amorosas de quien los apañó, los pusieron a secar
sobre el suelo e intentar protegerlos a su vez de la picadura de alguna mosca
glotona y no invitada, al final, los colocaron en una pequeña cajita envuelta
finamente en papel de seda blanco para mi disfrute. Esas han sido las mismas
manos que me los enviaron. Sabiendo de mi gusto personal por lo natural, lo
auténtico y por cualquier producto que nos regala la naturaleza. Ella, mi amiga
la del Hierro, supo con su sexto sentido, su atinada elección y su sensibilidad llenarme
el alma y llegarme al corazón. Todavía tengo el dulzor entre mis labios.
Foto Tanci
Foto Tanci
6 comentarios:
Toda una lección sobre cómo han de secarse los higos para estar en su punto.
Muy interesante, Tanci.
Ah, y que te aprovechen.
Muchos besos
Muy buen reportaje. Los higos son riquísimos, este año he preparado unos pocos y están ¡ Madre mía que ricos ! Besitos.
Me estoy enterando ahora del proceso. Así salen esos higos, que son una delicia, mimados y bien acariciados.
Tampoco sabía nada de esos nombres tan curiosos.
Me ha encantado esta entrada, Tanci, didáctica, interesante y muy dulce!!!
Se ve que te quieren, cosa normal, sí, sí.
Mi querida Isabel, si la verdad es que me salió muy didáctico.Pero no quise escatimar su proceso.Y si supieras cuánto me gustan principalmente en el invierno! Gracias amiga pir comentar.Un fuerte abrazo.
Hola Teresa, seguro que te quedaron de maravilla.Esa es tierra de higos.Disfrútalos.Muchas gracias por venir.Un abrazo.
Virgi, pues yo también he aprendido las veces que he ido a Él Hierro.Siempre con herencias ancestrales y tradicionales.Y es cierto unnpoco didáctica...Pero me pareció también interesante lo que me contó mi amiga.Ahora es buen momento para llevárselos a la boca.Mi abrazo para ti, amiga.
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