Foto Tanci
San Andrés llegó, pasado mes y medio tras la afanada vendimia
a principios del mes de octubre. Con él, y cada 30 de noviembre, se celebra la
fiesta de la apertura de las bodegas y los bodegueros esperan impacientes la
cata de sus fluidos. Se abren las barricas, se prueban sus caldos, y a partir
de ese líquido venturoso se propician alegrías, festejos, maridajes, amistad,
bullicio…
Es el vino, ese morapio que en la adolescencia rechazas y que
pasados los años vas paladeando poco a poco hasta entender que un sorbo, nada
más que un sorbo apenas, pone en tus labios una fragancia capaz de enaltecer
cualquier estado anímico.
Merece una mención especial el vendimiador, aquel que desde
muy tempranas horas de la mañana y ataviado con sombrero de paja, camisa remangada
y su tijera de podar engarzada a su cinturón de cuero, va palpando y cortando cada
racimo, separando con hábil destreza aquellas uvas que por mor del tiempo se
han podrido en el mismo gajo, o bien las más verdes que hay que apartar para
llevar a cabo una cuidada selección
entre todas ellas.
Alza su canasta hecha de varas de castaño con el brazo
derecho. Con mano firme y dedos cortos, agarra, cual garfio, el asa de la cesta.
Y en un vaivén, esmerado y al mismo tiempo presuroso y cuasi gimnástico, eleva el
canasto sobre el hombro izquierdo. Veinte o veinticinco kilos se le supone a la
carga de uva madura, dorada y brillante, recién cortada. Apenas con la mano
izquierda aguanta su canasta con el simple gesto de equilibrar su carga. Avanza
seguro, firme, con paso lento por el peso. Con tesón va y viene, desde la
huerta hasta el lagar cercano, dando viajes y vaciando su fardo, uno tras otro,
hasta que la viña, toda ella, ha quedado terminada, vendimiada. Más tarde, y en
la tina, pasarán los racimos al proceso de escachado consiguiendo el mosto que
dará paso al vino. Bendito oficio y bendita tierra.
3 comentarios:
Acabo de publicar en mi face un ¡¡¡Viva el vino!!!
Acabo de publicar un comentario y no ha salido:
¡¡¡Viva el vino!!!
María Jesús, tengo que descubrirte en el Facebook. Y te pediré amistad y te leeré entonces. Muchas gracias por pasar. Un abrazo.
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