domingo, 4 de marzo de 2012

De ida y vuelta


Manteniendo en su mano la pequeña cartulina  rectangular, Lucas espera un sueño.

Como cada noche e instalado en su mullida cama, echa una ojeada a cada uno de los tres libros que, colocados sobre su mesa de noche, tiene medio leídos y casi por terminar. Una vez que el sueño le rinde, toma entre sus manos la pequeña cartulina rectangular y de color naranja que guarda en el interior de uno de ellos. Lee el nombre y apellidos del destinatario así como su dirección. También, y escrito con letra adecuadamente legible y clara, repasa el otro nombre; el del remitente.

Como cada noche, y a poco que ha leído esos simples datos, voltea la cartulina, toma su olor intentando atisbar algún dato desconocido hasta el momento para él. Pasa sus dedos  a través de  la tarjeta haciendo un ademán de leve caricia. La palpa tiernamente y, acto seguido, fija su mirada durante escasos segundos, como queriendo escudriñar algo que, tal vez, se le había escapado, que desconocía o que podría ser percibido de distinta manera, sorprendiéndole. Los únicos datos allí estampados eran el nombre y apellidos del receptor, la fecha y firma, así como su DNI. Y, en letra mayúsculas y a imprenta, aparecía la entrega domiciliaria, la identificación de la oficina y, la fecha, hora y firma del empleado de correos.

Constata, una noche más, que la entrega no había sido domiciliaria, ya que el receptor había estado ausente a la hora del reparto. Y sin embargo, un ligero alivio y bienestar se perfila  en su cara, asomándose a través de sus pequeños y brillantes ojos. Su rostro, casi tapado por las sábanas de franela decorada con rayas, busca una cálida y confortable protección ahuecando todavía más su almohada. Plácidamente, constata también que su envío no ha sido extraviado, ni rehusado. Su envío había sido entregado llegando a las manos de quien, tantas veces, había deseado desde su tímido e íntimo sentimiento interior.

Mientras pasan los días indefectiblemente, Lucas se aferra a su sueño. Más que sueño, se aferra a su ensoñación nocturna, conformándose con ese simple trozo de cartulina, de color naranja, con datos escritos de su puño y letra. Y con datos escritos también por el receptor. Lucas indaga y fantasea y en ese acto observa y estudia las vocales, consonantes, mayúsculas y minúsculas, así como los números y firma personal de su receptor. Y como si de una radiografía o scanner se tratara, los estudia, los escruta con su mirada como queriendo traspasar la cartulina hasta llegar a sus entrañas. En ese acto, Lucas, tal vez, espera desentrañar algún dato verídico, aunque desconocido hasta el momento por él. Tal vez algún dato o signo que le arroje luz a su sueño, tras la larga separación desde su último encuentro.

Ante su timidez e indecisión, Lucas se había conformado con el único eslabón que tenía entre sus manos y  al que le mantenía unido cada noche. Un eslabón que permanecía junto a él y al que tenía fácil acceso. Un eslabón que podía palpar en forma de cartulina rectangular y anaranjada. Pero Lucas no propiciará el encuentro deseado. Sabe, en su interior, que no dará ese paso que requiere arrojo, fuerza, valentía y firmeza. Y que, además, le llevaría toda la vida. No es consciente de que las oportunidades perdidas se terminan convirtiendo en fracasos. Por eso, cubierto con su edredón hasta las pestañas y ahuecando, más si cabe, su almohada, Lucas espera su sueño. Un sueño deseado que le lleva siempre a procrastinar. 


                                                                      Foto sacada de Internet 



                      
Nimrod by Elgar, Edward on Grooveshark


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26 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Todos, en algún momento, hemos esperado a que las cosas se resolvieran solas, pero yo no aguanto sin saber...

(Tienes unas terribles palabras de verificación que me matan. Y hay una campaña para que todos las suprimamos
http://gotasdelluviasobremipiel.blogspot.com/2012/03/ven-no-te-pierdas-que-por-unica-vez-me.html)

L. Gispert dijo...

Un relato,amiga Tanci, de elevado relieve literario. Me gusta mucho.

Un beso,

Luis.

virgi dijo...

Dichosa procrastinación.
¡Cuántos placeres nos perdemos por tenerla a mano! Si Lucas supiera lo bien reflejado que está en el espejo de tus palabras, quizá tendría un buen impulso para lanzarse a lo que más desea.
¡¡Pero entre sábanas de franela se está tan bien, tan cómodo, tan seguro!!

Me gustó, Tanci, lo redondeaste súper.
Un abuen abrazo, con decisión, eh?

tanci dijo...

Gracias María Jesús por dirigirme al blog instructivo. Al principio no sabía lo que querías decir. Ya entré y lo hice. Y ya ves, no esperé a que la "cosa" se resolviera sola. Sola lo hice... con un poco de ayuda. ;-) Abrazos.

tanci dijo...

Luis, muchas gracias por tu comentario. La alegría me la traspasas cob tus palabras. También recibe un abrazo desde estos peñascos del Atlántico.

tanci dijo...

Mi querida Virgi, tu comentario me llega. Más allá de lo que imaginas. Y viniendo de tí, para mi es un honor el saber que te ha gustado. ¡Ay! esa procrastinación... tal pesada y tan chupona a la vez. Lucas va a tener que espabilarse si desea conseguir lo que le tienta. Un abrazo de los fuertes, claro que si, amiga.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Cuánta ternura me ha generado Lucas.
Me quedo con ganas de más, de saber a quién iba dirigida esa carta, de su importancia para Lucas, que es evidente que la tiene al tomarla cada noche antes de dormir.
Saco mis conclusiones por los datos que nos das: un hombre solo -Lucas- sueña sin atreverse a actuar, ha perdido algunas oportunidades en la vida ("No es consciente de que las oportunidades perdidas se terminan convirtiendo en fracasos"; gran frase) y se esconde en su concha para no ser herido.
Es un relato dulce dentro de la atmósfera amarga que le supongo y muy bien escrito, Tanci, aunque sólo haya una palabra que no me gusta: "procrastinar", la odio, suena fatal y no es muy ortodoxa.
Un grandísimo abrazo.

Explorador dijo...

Procrastinar. Que palabra tan bonita, y que acto tan peligroso.

Y que historia más real. Un abrazo.

Laura dijo...

Tancy es muy especial tu relato. Los sueños hay que perseguirlos antes de que se esfumen. El personaje está creado con muchísima sensibilidad y casi he empezado a quererle desde el primer párrafo hasta....la ¡procrastinación!.

un beso fuerte.

tanci dijo...

Mi querida Isabel. No sabes cuanto me alegra que te haya gustado mi pequeña historia. La verdad es que el personaje daría para más capítulos. Pero si te has quedado con las ganas de saber alguna cosilla más, es una idea que me has dado. Tal vez siga la entrega por capítulos. ;-) je, je. En cuanto a procrastinar, la verdad es que la he oído últimamente bastante. No es muy fácil de proninciar, es cierto, pero esconde dentro de ella un sinfin de significados para variedad de casos. Sobre todo en el mundo de la psicología.Siempre un montón de gracias por tus palabras. Siempre me valen un montón. Un abrazo, amiga.

tanci dijo...

Hola Explorador. Ya ves, no a todo el mundo le gusta este vocablo, que es un poco raro para pronunciar. También la he visto escrita como "procastinar". Y la historia tiene todos los visos de continuar. Gracias por tu visita. A pesar de la distancia, te siento siempre por los alrededores. Un abrazo.

tanci dijo...

Laura, me pasó lo mismo cuando lo creé. Me dió la impresión de que necesitaba una gran ternura a su alrededor.Muchas gracias por tu comentario. Estoy atenta a los sentimientos que despiertan unas simples palabras en un pequeño relato. Y tus palabras me han llegado. Muchas gracias por pasar por aquí y detenerte a leer. Un abrazo desde el Atlántico.

Juglar dijo...

También me inspita ternura. Lo has creado impregnado de ella y nos conduces a sentirla.
Pero refleja el tipo de conducta que me saca de quicio: Pasarse toda la vida "soñando con lo que pudo haber sido y no fue".
Prefiero equivocarme y sufrir mil veces, pero nunca quedarme con la pena de no haberlo intentado.
Me ha encantado tu relato. Mucho.
(Llevo varios día sin poder dejar comentarios en algunos blogs). No sé si es la tecnología ¡o soy yo!)
Un abrazo cercano.

lichazul dijo...

un relato con dejos de ternura, lo de las oportunidades es absoluto, hay quienes suman fracasos y otros simplemente no le dan mayor importancia


entre sábanas el cuerpo sabe y se da ilusión

besitos y luz

Ximo Segarra "ACAPU" dijo...

La imagen que me viene al leer tu relato es una espiral, la espiral que lleva a ninguna parte cuando nos perdemos en aplazamientos y más aplazamientos. Es muy tierno tu relato, tratas al protagonista con mucha comprensión, se intuye el dolor que emerge todos los días al verse de nuevo "ante el peligro".

Creo que tod@s somos de un modo u otro procastinador@s, o víctimas de las procastinaciones de otr@s, y eso a veces puede dejar heridas muy profundas.

Un abrazo Tanci :)

tanci dijo...

Hola Juglar. También he tenido algunos problemillas con la conexión a Internet. Ahora puedo. Alegría y mucha de que te gustara el pequeño relato. Y a mi me pasa lo mismo. Necesito afrontar las situaciones. Esa duda me corroe. Pero hay mucha gente que duda en sus iniciativas. este es uno de ellos. Siempre gracias por tu visita. Abrazos.

tanci dijo...

Elisa, ¿sabes?. Me gustó tu punto de vista. Otra visión para Lucas y sus emociones internas.Y yo le diría lo mismo. Los sueños, sueños son. Y a seguir que los días hay que irlos sumando. Un abrazo desde este rincón. Gracias por venir.

tanci dijo...

Ximo, también tu lectura es muy comprensiva y, si me permites, muy tierna. ¡Cuántos lastres y cuántas amarguras para tanta indecisión, como la que arrastra Lucas... Me gustaron tus palabras y al final pones un punto empático en el que nos haces reflexionar en nuestro propio espejo.Gracias por tus palabras. Y también por visitarme. Un abrazo.

Rosario Ruiz de Almodóvar Rivera dijo...

Lucas, desea un sueño que no termina de realizarse y lo sueña todas las noches acariciando un rectángulo anaranjado...
¡Pobre Lucas!
Debería ser más valiente y luchar por él.
Un abrazo fuerte amiga y gracias por estar siempre en mi Librillo.

tanci dijo...

Rosario, este es el problema de la procrastinación. A lucas se le va la vida y no termina de hacer lo que debe hacer. Le falta algo de empuje o impulso...no sé. Gracias por tu visita amiga.Un abrazo

Conchi dijo...

Tanci, muy bueno tu relato y lo mejor con la "palabreja" que lo terminaste, jaja. ¡Qué difícil me resulta pronunciarla!
Es una buena idea que continúes con la historia. Tienes don para este tipo de relatos.
Un abrazo
Conchi

tanci dijo...

Conchi. Gracias por acercarte hasta mi espacio. La verdad es que la palabraja se las trae. Y me alegra un montón que te haya gustado. También he oído "procastinar", que se pronincia con máyor facilidad. Un fuerte abrazo, amiga.

Isabel Expósito dijo...

Este relato de final abierto, me deja llena de interrogantes. Me parece que esto es genial para un relato breve: mantiene la atención y la tensión e involucra al lector de modo que éste -cada cual el suyo- ponga nombre a este sueño de Lucas. Excelente ritmo narrativo, tono preciso. Lo he disfrutado muchísimo pero -la curiosidad me mata- ¿qué esconde ese pedazo de papel, qué le otorga tanto poder? Un abrazo, Tanci.

tanci dijo...

Mi querida Isabel, tus palabras me llenan de mucha alegría. Sabiéndote yo maestra en poesía, estilo y narración...pues me complace tu opinión.Y por supuesto me alegra mucho que lo hayas disfrutado. Imagino que ese trozo de papel sólo tiene los datos que apunta la narración. Pura y exclusivamente datos de certificado de existencia como muestra de que algo le queda entre sus manos y que puede palpar.Gratitud siempre de tus palabras y de verte por aquí. Un abrazo.

Beatriz Salas Escarpa dijo...

Querida Tanci,
me ha llenado de ternura leer a tu Lucas. Narras de manera expléndida y me has metido de lleno en el texto.
Un abrazo muy tierno.
Besosss

tanci dijo...

Beatriz, también a mi me has llenado con tu comentario. La verdad que es un impulso para seguir creando y creyendo. Muchas gracias por tus bonitas palabras. Parece que Lucas debe aprender a ser más práctico. Habría que inspirarle. Un abrazo desde aquí.