Había cambiado su rutina diaria cuando acertó a pasar por allí. Justamente por delante de aquel muro recién construido; blanco, encalado y posteriormente enjalbegado. Había quedado impoluto, lejos ya de aquel desplome que había sufrido una semana anterior, en el que las piedras que lo formaban se habían derrumbado tras el paso continuado de la desbordada fuerza del agua. Sobre aquel muro blanco había señales recientes que la capturaron nada más acercarse. Se paró frente a él leyendo aquel enigmático mensaje, al tiempo que quedaba pensativa por unos instantes.
Siempre había pensado, internamente, que ciertos avisos llegarían en su justo momento en forma de mensajes como señal de comunicación. Como si fuera un juego a modo de sueño premonitorio. Tal vez como alerta o como una reflexión que la llevara más allá de la simple lectura.
Lo que había deseado para sus adentros llegaría mediante la escritura, a modo de insinuación, en el lugar que menos esperaba. Por eso quiso hacer su propia lectura y sacar su conclusión. Y dedujo que la recordaba más de lo que imaginaba, y que pensaba en ella más de lo que imaginaba, y que habiendo pensando en ella se le fortificaría su alma más de lo que imaginaba. Y que habiéndola fortificado, pasaría a archivarla en su memoria como el sabor fuerte de las manzanas agrias. Intuyó que la amaba más de lo que imaginaba. También especuló en que se afanaba en no comunicáselo más de lo que imaginaba, pero que sentía y se emocionaba más, mucho más de lo que imaginaba. Y que, a veces, aspiraba a un natural encuentro fortuito, más de lo que imaginaba. Y que si no se daba ni aquí ni ahora, ni luego ni después, como era el caso, se conformaría en imaginar más de lo que imaginaba; pero abarcando, con constancia y tesón, todo lo que podía y que tenía entre manos, porque ese era, en definitiva, el juego de la propia vida. Y se le vino a su cabeza que, cuando se quedaba sin fuerzas casi sin energía, reaccionaría poniendo alguna música a posta elegida, o cambiando de escenario, o cerrando los ojos para elevarse de nuevo más de lo que imaginaba. Y que de esta manera seguiría sus propias instrucciones grabadas en papel de mil colores para no sucumbir y, por el contrario, permanecer en lo alto, fluyendo, más de lo que imaginaba. Y con nostalgia recordaba lo que pudo haber sido y no fue, haciendo una consideración benévola para ella misma y para no caer en un pozo profundo porque era cruel, duro y desconcertante más de lo que imaginaba.
Adivinó también que le gustaría permanecer más tiempo holgazaneando, algunas veces por las mañanas en su cama, más de lo que imaginaba. Y que, si alguna vez la hubiera visto triste, no era porque le faltara alegría, sólo estaba algo oculta en la otra cara de la misma moneda, y que, livianamente intentaba, a modo de juego, darle la vuelta. Con todo su esfuerzo, con todo su ímpetu más de lo que imaginaba. Y es que seguía caminando por senderos polvorientos, por cascajos y pedregales, saltando por arriba de ellos dándole el impulso necesario haciéndolo efectivo para con su propia vida, más, mucho más de lo que imaginaba. Tuvo la percepción, mientras miraba el muro, de ese sentimiento lleno de vitalidad que, a veces, transmite fuerza y energía al pensamiento.
Siguió de largo para terminar reflexionando que las cosas más elementales e inesperadas, como esas simples palabras, llenas de misterio recogidas de aquella pared, eran, aunque nimias, las más extraordinarias ese día. Al menos para insuflarle ciertos interrogantes, cierta filosofía y más vida a su vida.
Foto Tanci
12 comentarios:
Soy tan imaginativa que podrá ser "peor" de lo que yo imagino (soy optimista) pero pocas cosas van más allá...
Me fascinan la cantidad de pensamientos positivos en este relato, Tanci. Desde luego, muchos más de los que pudiera imaginar. Y es que todo es posible y más para una mente despierta como la tuya.
Miles de besos, estimada amiga.
Siemre se aprende...me encanta descubrir la palabra "enjalbegado" y tu última frase.
Un saludo :)
Bueno María jesús, justamente la imaginación es para que remonte el vuelo hacia mundos "inimaginables". Ahí es nada y es todo. Sé de tu imaginación hasta con tu huerto y tus seres vivos. Gracias por tu visita. Te mando ese abrazo grande, grande más de lo que imaginas.
Querida Isabel, mejor los positivo que lo negativo. Que para lo negativo ya se encarga se aparecer incluso sin haberlo invitado. ;-) En realidad la protagonista se conformó con una simple frase para entonar su día. Me gusta verte aparecer por esta ventana y te lo he dicho un montón de veces. Tantas que tal vez hayan sido más de lo que imaginas.
Explorador, estoy contigo. La última frase del personaje de la historia es lo que encierra en definitiva un momento de acercamiento a la esencia de todo. Y es cierto, siempre terminanmos aprendiendo algo de todos. Hasta lo menos que podemos imaginar.Y eso me alegra más, mucho más de lo que imaginas.Con todo mi corazón de verdad. Saludos.
Pues sí que es un buen grafitti. Da que pensar más de lo que imagina el que lo escribió.
Y tú al puentearlo, nos animas a seguir imaginando un mundo en el nuestra fuerza nos lleve más allá de lo que pensábamos.
(me enrollé, eh?)
¿Qué tal esas holidays?
Besitos
Bueno Virgi, es verdad, da que pensar y da para pensar. Lo cierto es que allí estaba dando, tal vez ese ánimo o esa fuerza a quien pase por allí algo alicaído. El que quiera recogerlo que lo recoja y el que desee pasar de largo pues también. Ni falta que le hizo. A la protagonista de mi historia parece que le dio pie para seguir imaginando.Y de imaginación no se vive...pero nos hace tanta falta últimamente que... Holidays in progress. Thanks a lot. MUACKSSS for you.
Es bueno que nuestra imaginación este siempre optimista, tu relato da para mucho, sacando cada uno su propia conclusión, empezando por el muro.
Abrazos.
Rosa.
Querida Rosa, gracias por tu visita. A mi me alegra que mi relato te lleve hacia alguna reflexión. A mi misma me llamó esa pintada en el muro. ¿Que hubeira podido haber querido decir de haber terminado la frase?. Es cierto lo que apuntas; da para mucho.Te mando un fuerte abrazo.
Cada día hay mensajes que se nos muestran. A veces explícitos; otras, solapados. De nuestra inteligencia y conocimiento depende mucho lo percibido, pero más de la predisposición a captar.
Creo que te he "captado" y aprendido, tanci.
Saludos
Demián, estás captando y aprendiendo mucho... ;-) Bueno, es cierto; todo es según el color del cristal con que se mira. Y la mayoría de veces creo que es mejor verlo con una cierta predisposición. A ver se es cierto que se logra eso de "la profecía autoincumplida". Te mando un grato saludo más de lo que imaginas.
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