En la casa de mis padres tenemos una hermosa palmera. Pero no dejamos que nazcan demasiadas, si no, a ver qué hacemos luego...¿dejar la huerta de palmeral? si lo puedes hacer, ahí pegaditas al muro, pues genial... A mí me encantaba desde pequeña el sonido del viento entre sus palmas. Son preciosas nuestras palmeras, la verdad, a cualquier isla que vayas, siempre alegran el paisaje, tan elegantes, tan autónomas.
Si Virgi, es verdad ... tan elegantes, tan autónamos. Y verlas incñuso te dan esa amplitud de libertad. Así pequeñas parece que no son tales. Pero al paso del tiempo cómo se transforman, cómo cogen vuelo, como se balancean libremente dejando pasasr el viento sin ninguna rigidez por su parte.Añades materia a mi paisaje. Gracias. Y gracias por venir. me gustan tus comentarios. Un beso.
¡Qué cierto eso de que el tiempo vuela! Pronto esas pequeñas y frágiles palmeritas se alzarán y nos contemplarán desde arriba! Últimamente me angustia un poco darme cuenta precisamente de eso, de cómo el tiempo vuela, porque tengo la impresión de que se va, veloz, sin que yo consiga sacarle el máximo partido, sin haberlo aprovechado bien... Es como querer agarrar agua con las manos, se te acaba escurriendo entre los dedos... Bueno amiga, un abrazo muy muy fuerte.Mónica
Mi querida Mónica, justamente es esa misma impresión la que tengo. Se me escurre el tiempo entre las manos. y todo me parece volátil. Y esa impresión fue la que tuve cuando capté las pequeñas palmeras al lado de la grande. sabiendo que tardan tanto tiempo en crecer, en aumentar, en ser adultas...tanto que nos damos cuenta si miramos hacia las alturas. Allá arriba.No me cabe la menor duda Mónica, de tu crecimiento, de tu altura... y tú debes creértelo aunque te parezca agua que se escapa.¿No es el agua vida al fin y al cabo? Gracias por venir y gracias por tu intento cariñosísimo. Hay solución para todo, pero creo que lo arreglé. Yo no puedo dejar de mandarte un buen rayo de sol, aunque se nos escurra entre las manos.El sol es vida.Y tú toda por delante.
Uf, Mónica me tenía preocupada, no creas. Porque no sabía de dónde venía el problema. Es que esto de la informática nos da, de vez en cuando, algunos problemillas ... Alegría de volverte a ver por mi casa. Besos y abrazos miles.
Sí, querida Tanci, el tiempo vuela que da gusto... tanto, que ha ido pasando pasando y ya hace mucho que no sabemos nada una de otra... ¿todo bien? espero que estés como las palmeras cimbreando al viento. Un beso
Alicia, a veces me escondo debajo de una palmera. Es verdad. O tal vez entre las rendijas de esas piedras enormes que las protegen.No sé... pensaba yo que no había pasado tanto tiempo. Y es que ¡el tiempo vuela tanto últimamente! No quiero dejarlo escapar. Gracias por estar siempre ahí. Aunque pase el tiempo, aquí estaremos. Un fuerte abrazo.
8 comentarios:
En la casa de mis padres tenemos una hermosa palmera. Pero no dejamos que nazcan demasiadas, si no, a ver qué hacemos luego...¿dejar la huerta de palmeral? si lo puedes hacer, ahí pegaditas al muro, pues genial...
A mí me encantaba desde pequeña el sonido del viento entre sus palmas. Son preciosas nuestras palmeras, la verdad, a cualquier isla que vayas, siempre alegran el paisaje, tan elegantes, tan autónomas.
Si Virgi, es verdad ... tan elegantes, tan autónamos. Y verlas incñuso te dan esa amplitud de libertad. Así pequeñas parece que no son tales. Pero al paso del tiempo cómo se transforman, cómo cogen vuelo, como se balancean libremente dejando pasasr el viento sin ninguna rigidez por su parte.Añades materia a mi paisaje. Gracias. Y gracias por venir. me gustan tus comentarios. Un beso.
¡Qué cierto eso de que el tiempo vuela! Pronto esas pequeñas y frágiles palmeritas se alzarán y nos contemplarán desde arriba! Últimamente me angustia un poco darme cuenta precisamente de eso, de cómo el tiempo vuela, porque tengo la impresión de que se va, veloz, sin que yo consiga sacarle el máximo partido, sin haberlo aprovechado bien... Es como querer agarrar agua con las manos, se te acaba escurriendo entre los dedos... Bueno amiga, un abrazo muy muy fuerte.Mónica
Mi querida Mónica, justamente es esa misma impresión la que tengo. Se me escurre el tiempo entre las manos. y todo me parece volátil. Y esa impresión fue la que tuve cuando capté las pequeñas palmeras al lado de la grande. sabiendo que tardan tanto tiempo en crecer, en aumentar, en ser adultas...tanto que nos damos cuenta si miramos hacia las alturas. Allá arriba.No me cabe la menor duda Mónica, de tu crecimiento, de tu altura... y tú debes creértelo aunque te parezca agua que se escapa.¿No es el agua vida al fin y al cabo? Gracias por venir y gracias por tu intento cariñosísimo. Hay solución para todo, pero creo que lo arreglé. Yo no puedo dejar de mandarte un buen rayo de sol, aunque se nos escurra entre las manos.El sol es vida.Y tú toda por delante.
¡Qué bien, ya puedo entrar sin cuelgues, parece que esto está arreglado! ¡Muchísimos besos!
Uf, Mónica me tenía preocupada, no creas. Porque no sabía de dónde venía el problema. Es que esto de la informática nos da, de vez en cuando, algunos problemillas ... Alegría de volverte a ver por mi casa. Besos y abrazos miles.
Sí, querida Tanci, el tiempo vuela que da gusto... tanto, que ha ido pasando pasando y ya hace mucho que no sabemos nada una de otra... ¿todo bien? espero que estés como las palmeras cimbreando al viento. Un beso
Alicia, a veces me escondo debajo de una palmera. Es verdad. O tal vez entre las rendijas de esas piedras enormes que las protegen.No sé... pensaba yo que no había pasado tanto tiempo. Y es que ¡el tiempo vuela tanto últimamente! No quiero dejarlo escapar. Gracias por estar siempre ahí. Aunque pase el tiempo, aquí estaremos. Un fuerte abrazo.
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