sábado, 24 de octubre de 2009

Empatía

Desde que llegó hasta mi, la muchacha de la abierta mirada, me hace atraer su presencia. Se mantiene alerta, con la mirada elevada y altiva. Pareciera que alentara a llegar hasta ella, a profundizarla, a descubrirla. Sin embargo, no me da permiso, se mantine quieta, espectante; estática en apariencia. Mientras su entorno vibra y enaltece, comunica esa energía fluida que nos hace, a los que la observamos, contagiar de la misma armonía. Desconozco si nos da su permiso, desconozco si esa altivez es suya o, a la par, una fabricada pose de juventud intentando ser más respetada y respetable de lo acostumbrado por los que la circundamos. Tal vez insinua una cierta apertura, diafanidad, pero... ¿y si es sólo una pose algo artificial fabricada a su imagen y semejanza? No me lo creo. No creo que, ella, la muchacha de la abierta mirada, no me permita llegar hasta lo más hondo de su alma. Al menos, creo que lo intenta y, de momento, me conformo con esa complicidad apenas manifiesta. Pero va construyendo pasito a pasito esa común unión que hay entre su mirada y la mía. Entre mi afinidad y la que la envuelve. Entre su magnetismo y mi atracción hay un sutil espacio de silencio nunca pactado pero si establecido. ¿O es su atracción junto con la mía la que nos hace empatizar?
Destacado es presentir que, entre la muchacha de la abierta mirada y la muchacha que eleva la mirada, se está construyendo una bonita y avenida camaradería.

(Obra de Néstor Santana)
Destacado sería, y celebrado a la postrer saber, que entrambas hubiese una sintonía de luz y color, de formas y expresión, de alegría y de vivencias diseñadas al unísono. En definitiva, de vibración y equilibrio y que, en su apariencia fría y distante, pudiera  desentrañar cada uno de los intrincados rincones de su, no mostrada, pero cálida naturaleza.
Entre la muchacha de la abierta mirada y la muchacha que eleva su vista hacia las alturas hay, definitivamente, más empatía que distancia. Más allá de la presencia, más allá de lo expresado. Hay una común unión, como si de algo imperceptible  y no definido estuviera flotando allá arriba en la altitud, a sabiendas  de que la encontraré con sólo elevar mi mirada.




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4 comentarios:

alicia barajas dijo...

Tanci, me alegra saber que entre las dos va surgiendo esa camaradería que surje del respeto mútuo y que os estais dando tiempo para que el momento llegue cuando explote la amistad que todo lo da sin miramientos. Poco a poco veremos como florece el diálogo entre la atracción y la placidez y asistiremos al milagro. Un beso

tanci dijo...

Mi querida Alica:
Sabias son tus palabras. Gracias ante todo a ti por indicarme esa vereda que uno no ve, a veces. O bien, que uno desatiende por no considerarla relevante.
Recibe un abrazo

FLACA dijo...

Qué decir después de las palabras de Sinkuenta. Ojalá que la empatía crezca hasta encontrar el estallido, el equilibrio y la armonía para las dos.
Un abrazo.

tanci dijo...

Mi querida Flaca.
Me alegra tu visita y me alegra verte llegar "redoblando". Espero que todo vaya según espectativas propias. Gracias por asomarte a esta ventanita.
Recibe un abrazo