Diseño Tanci
La carretilla había llegado al final de sus días. Chirriante,
oxidada y con su única rueda desinflada, dio lo que dio. Sus bordes algo
doblados, con dentelladas en medio por el uso continuo, se asemejaban a
los recortes de la masa de las truchas de Navidad. En el fondo y de
tanto uso, unos agujeros decidieron que su servicio no fuera el habitual
nunca más.
Arrestada de cara a la pared y con sus dos brazos en alto, parecía suplicar ayuda. Tal vez buscando refugio o aceptación en otras utilidades que bien pudiera acometer hasta finalizar su vida.
Y su vida fue una suerte de cargamentos de piedras y arenas, de maderos y de tejas, de sacos de semillas y granos...de frutas y tubérculos. Y entre medio las caricias y juegos de los chiquillos. Y no hay nadie más feliz que un niño con una carretilla entre las manos. O mejor si son dos los que la disfrutan: " Primero me toca a mi, yo la llevo y tú te montas... un ratito, ¿eh? Ahora te toca a ti y tú me arrullas..."
Terminando su existencia casi, y como inmortalizando su cuerpo de hierro y forja magullado por tantas batallas en su vida, la vieja carretilla mantuvo un jardín en sus entrañas. Así, rodeada de tuneras, toscas y pumitas ofreció un homenaje no póstumo a lo efímero, caduco y bello.
Arrestada de cara a la pared y con sus dos brazos en alto, parecía suplicar ayuda. Tal vez buscando refugio o aceptación en otras utilidades que bien pudiera acometer hasta finalizar su vida.
Y su vida fue una suerte de cargamentos de piedras y arenas, de maderos y de tejas, de sacos de semillas y granos...de frutas y tubérculos. Y entre medio las caricias y juegos de los chiquillos. Y no hay nadie más feliz que un niño con una carretilla entre las manos. O mejor si son dos los que la disfrutan: " Primero me toca a mi, yo la llevo y tú te montas... un ratito, ¿eh? Ahora te toca a ti y tú me arrullas..."
Terminando su existencia casi, y como inmortalizando su cuerpo de hierro y forja magullado por tantas batallas en su vida, la vieja carretilla mantuvo un jardín en sus entrañas. Así, rodeada de tuneras, toscas y pumitas ofreció un homenaje no póstumo a lo efímero, caduco y bello.
1 comentario:
¡ Que linda ! Besitos y salud.
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