sábado, 31 de diciembre de 2011

De los globos de colores a la Zona Crash

                                                                                                       Bodega de Garafía (La Palma)

                                               Foto:   http://www.aprenderaprogramar.com/
                                                         



Dicen los entendidos que  “lo que andamos buscando necesariamente y, de una manera u otra, llega a nuestras manos”. Joan Manuel Serrat  borda esta sentencia, junto con Noa cantante israelí, en su canción “Es caprichoso el azar”. O en otra, del mismo autor, que también dice algo así como “De vez en cuando la vida”… nos regala un sueño, nos gasta una broma, saca un conejo de la vieja chistera…


05 - DE VEZ EN CUANDO LA VIDA by Joan Manuel Serrat on Grooveshark

Pero esta vez yo andaba buscando otra cosa. El deseo de ampliar mi bagaje personal ha sido una motivación que me ha acompañado a lo largo de la vida. Es una de tantas cosas que me mantiene en acción, forma parte de mi motor personal. Y no sé si se podría definir a una persona por el motor de su acción. Sin embargo, debo reconocer que me motiva, desde siempre, conocer y descubrir las preguntas y respuestas de ese enigma que es el ser humano. También la compresión de sus acciones motivadas por sus emociones y pensamientos. Estos aspectos, además de infinitud de muchos otros, son estudiados y verificados por la ciencia de la Psicología.

Ya había estudiado a distancia  algún que otro curso buscando nuevos conocimientos, a la vez que  profundizar en este campo apasionante de la psicología, manteniéndome al día en nuevas líneas de pensamiento y de trabajo personal. Opté, esta vez, por navegar a través de Google y buscar uno de tantos cursos on line que se ofertan a través de Internet. Saltado y saltando, lo que comúnmente se le llama “navegar” doy con una web: “Psicología Tenerife” en la que ofertaban cursos. Sin embargo, la materia de los mismos era específica para profesionales y no tanto para la gente común de la calle que deseara ampliar sus conocimientos. Pero fue ahí en esa web en donde vi en el pie, al final de la página y en letra pequeña, el texto   “Desarrollo web Crayon estudio 2011 www.aprenderaprogramar.com”.
Como quiera que uno tiene siempre el gusanillo de investigar e intentar ver qué hay detrás, pinché en ese enlace. Todavía sigo preguntándome  porqué tuve la curiosidad de pinchar en ese pequeño enlace  a pie de página. Creo que en un principio me retrotrajo a los “creyones” (lápices de colores) que siempre manejé y tuve de pequeña en mi mano. Internet es así, uno puede pinchar, pinchar y pinchar e inmensos globos de colores, lejos de desinflarse, pasan a elevarse más allá de lo que uno espera ofertándonos un sinfín de posibilidades. De nuevo me viene a mi mente la canción de Serrat, “Es caprichoso el azar”. Así que indagué, aprecié, observé… y terminé preguntándome para qué me sirve a mí aprender a programar.

Me pareció una página web ardua y nada sugerente a mis expectativas. Sin embargo, me llamó la atención que ofertaban cursos gratuitos además de otros de pago pero siempre dejando la puerta abierta a toda persona que deseara participar en sus foros, independientemente de su nivel de conocimientos. “Toda una generosidad”, pensé. Había en sus foros un sinfín de palabras y términos que, si bien las había oído en algún lugar, no me decían prácticamente nada. No, no es lo mío, pensé. 

Había una sección que capturó mi atención,  la denominada “Zona Crash”. Ahí había publicadas una serie de dibujos y cómics, fotos de paisajes, de arte y arquitectura, de situaciones, captadas a través de la cámara, de buen y mal gusto. Una serie de fotografías extrañas e incluso varios artículos que iban dando salida a preguntas y dudas que uno siempre ha tenido, pero que casi nunca se atreve  a preguntar.
                                                                                                                             Foto y diseño Tanci


Artículos sobre  problemas con las tarjetas de los bancos, estudiar por la UNED, de ciertas cartas que te llegan resultando ser intentos de estafa, aspectos socioculturales  y de actualidad  como lo que supone la inmediatez de internet  etc.

Toda esta serie de artículos, si bien no entrarían de lleno en la materia de esta web de programación, informaban a cualquier persona curiosa sobre circunstancias y experiencias acaecidas a lo largo de la vida. Tuve que pararme en esa sección e indagar más.

Una de sus fotos me llamó poderosamente la atención: “La bodega de Garafía”. Tan paralela  a mi experiencia personal, que me trajo recuerdos y vivencias en la que volqué un sentimiento de evocación y de ensoñación a través de la pantalla.  Quise tenerla entre mis manos. Quise tener ese modelo para pasarlo a un lienzo. Necesitaba pintarla. Y debía pedir permiso ¿Y si no me lo concedían? Debía arriesgarme, al fin y al cabo hacían una invitación directa y abierta a participar…fueron pasando los días y esa bodega iba calando cada vez más en mi interior.

Sus luces me hacían recordar a los cuadros de Sorolla tan cargados de luminosidad. Sus sombras, dejando insinuante lo que podía verse más allá, aunque no de una manera definida, perfilaban el modelo. La abertura oscura y sugerente que había entre sus portones recios, de madera fuerte e indeleble, invitaba a entrar. La humilde parra, tan cercana a ese lagar, que complementaba la fotografía, se asomaba casi vergonzosa como queriendo pasar desapercibida.

Todo este conglomerado lleno de esplendor y ensoñaciones iba llenando mi ojo cada vez que lo observaba a través de la pantalla de mi ordenador. Hasta que tomé la iniciativa e hice mi petición. ¿Y si no me daban permiso? ¿Y si no contestaban a mi petición? Machaconamente, persistía ese pensamiento en mi interior. Debo reconocer que no había sido la primera vez en que solicitaba un modelo y me había sido denegado … Intuitivamente supe, desde el primer momento, que era una web seria, comprometida y dispuesta a colaborar en la medida de sus posibilidades,  que eran muchas… Así que tomé la iniciativa  e hice mi petición.

La respuesta llegó rápidamente, por lo que ese reto que me había planteado interiormente ya estaba en movimiento. La respuesta a mi estímulo, que había sido mi motivación a realizar la pintura, me había sido regalada desde esta web a modo de respuesta positiva, siendo el elemento facilitador de mi deseo; esto es, el de realizar una simple pintura a través de un modelo descubierto a través de la web.

Esta fue una motivación extrínseca pero de agradecer. Sin embargo, en este caso, el disfrute por realizar una obra con la consiguiente satisfacción de vencer un desafío personal, fue una motivación íntima o intrínseca. Ambas motivaciones, tanto la externa como la interna dieron como resultado  la finalización de un pequeño proyecto, el de un simple cuadro…

 “De vez en cuando la vida…”

                                                                                                                              Foto Tanci


Es caprichoso el azar by Joan Manuel Serrat & Noa on Grooveshark

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Vaya mi agradecimiento expreso a la web http://www.aprenderaprogramar.com/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=54&Itemid=177

por su trayectoria y su buen hacer y por todas esas pequeñas cosas...

domingo, 25 de diciembre de 2011

Visión




                                                                                                                                                  Foto Tanci








En la mirada
de las pequeñas cosas
 hay cierta luz.




 
 
 



Air by Relaxing Classical Music Ensemble on Grooveshark

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martes, 13 de diciembre de 2011

Lamento

                                                                          Foto Tanci




Agoniza la pared
de piedras apiladas
sin su manto de almidón
y lamento  en sus entrañas.

Sólidas rocas
de la cantera retiradas
consiguen apuntalar
el grácil hueco de tu ventana.

Agoniza la pared
de cal y arena despojada
alguien pintó la túnica
que el viejo alféizar disfrutara.
 
 Robusto y estable  muro
de andadura avejentada
desteñidos rasguños
en barro y argamasa calcárea.



  Agoniza la pared
que protege a un corazón
entre cálidas y blancas sábanas
dando abrigo y  calor. 

Agoniza la pared
su lamento, una llamada
cantos de piedra labrada
una oquedad que gruñe,
 que gime,
     que clama…
 

Llora la pared 
por la ternura
y la caricia escatimada.








Duo by Secret Garden on Grooveshark


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martes, 6 de diciembre de 2011

Sensación

                                                                                                                                                  Foto Tanci




 



Siempre que siento
moviendo mi corazón
 vuela una emoción.
 
 
 
 
 
 
 



                                                                                                                                               Foto Tanci
                                                           


Emeror's Hymn by Haydn on Grooveshark


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martes, 29 de noviembre de 2011

La bodega que se transformó en cuadro

               Foto: Bodega tradicional de Garafía (La Palma)  http://www.aprenderaprogramar.com/




Sentada en su pequeña silla de madera y donde apenas sus pies alcanzaban a tocar el suelo, Paula dibujaba un gato. Sus manos, menudas e inquietas, se desenvolvían ágiles sobre la hoja blanca de papel Cansón, al tiempo que hacía deslizar el lápiz de una manera certera por la hoja.
A Paula le gustaba dibujar y pintar, no había duda. No perdía detalle de las otras personas que la rodeaban y que, enfrascadas en sus lienzos particulares, intentaban afanadas lograr la mejor obra jamás pintada...o al menos la mejor pintura de su vida.
El olor a la pintura y al aguarrás inundaba la habitación donde, por doquier, había libros de arte, láminas sacadas de viejos calendarios desvencijados, bocetos, cuadros terminados y a medio hacer, así como reciclado de papeles y materiales que,  inevitablemente, estimulaban sus sentidos. Era evidente que Paula se sentía a gusto. Incluso entre la gente grande. Sus brillantes ojos recorrían las obras de cada uno de los aprendices que trabajaban en aquel taller como queriendo descubrir vericuetos que todavía no habían salido a la luz. Paula era muy curiosa y algo inquieta, tanto que indagaba y preguntaba con el desparpajo de la infancia y con la naturalidad que da lo inocente.
Por un momento, y en un ademán espontáneo, Paula se levantó de su asiento y se puso al lado de mi caballete. Apenas estuvo a mi lado, intuí el pálpito de su cálida energía, un torrente cándido y diáfano imposible de ignorar. Recién  había esbozado mi dibujo  en el lienzo de 60x92, medida que hasta el momento no me había atrevido a trabajar, cuando Paula se sintió atraída por mi proyecto. Una vieja y antigua bodega que de manera causal había descubierto a través de Internet.
Era una de esas páginas web en la que nunca me hubiera adentrado pero que, entre sus secciones, tenía una atractiva e inusual “Zona Crash”  en la que aparecían aspectos diametralmente opuestos a su especificidad como web orientada a la programación. Tal vez eso fue lo que me capturó. Dejaban la puerta abierta a lo divergente,  a lo distinto, a lo variado y, a su vez, invitaban a participar  en sus foros a cualquier persona que quisiera, independientemente de sus conocimientos. Pedí permiso para hacer uso de la foto y con rapidez recibí un sí por respuesta. Al tiempo, me animaban a compartir la creación en la web, una vez terminado el cuadro. Suficiente para entusiasmarme con  un nuevo proyecto. A través de la pantalla de mi ordenador intenté ampliarla, queriendo clarificar zonas que me eran complicadas de enfocar. Había sombras poco definidas y luces que me eran difíciles de entender por lo reducido del tamaño. Realmente no dominaba programas informáticos o técnicas de ampliación de fotografías.
Era evidente que a Paula le llamaba la atención la oscura abertura de aquella bodega que nada dejaba entrever tras la penumbra que se manifestaba entre las dos viejas puertas de tea que, medio entornadas, no terminaban de cerrarse. A Paula le sedujo, al igual que a mí, ese aire de misterio no desvelado y nada perceptible que se olfateaba en medio de los dos portones. Había algo por descubrir tras aquella lobreguez que, insinuante, incitaba a traspasarla, a querer ver más allá de lo que la fotografía, a primera vista,  me mostraba, nos mostraba.
Me quedé pensando por minutos, mientras sostenía un par de pinceles en mis manos, de qué manera se coló esa foto en mi retina. Entre otras muchas que había publicadas, había logrado captar mi atención. Y no era precisamente por su nitidez, tampoco por su variedad de colores, cargada más de grises y colores fríos que de tonalidades cálidas. Más bien debió transmitirme una cierta evocación de infancia en donde tuve, a buen seguro, los mejores y más vívidos recuerdos y experiencias de mi vida, en una perfecta y  común unión con la naturaleza.

- Oye, ¿quién vive en esa casa?- Paula no había tenido tiempo material de saber, ni de conocer, ni de distinguir  lo que era una bodega. Interrumpió mis pensamientos para atraer su atención provocada por su ingenua pregunta. Insistió en ser respondida esperando de mí una auténtica respuesta. Como quiera que Paula lo que estaba dibujando era un gato, no lo pensé ni un segundo y mi contestación fue tan espontánea como tajante:
-Ahí vive un gato - Sí, Paula, ahí dentro hay un gato-  Ella me ofreció la más dulce de las sonrisas en esa tarde y en su primer acercamiento a mi pintura.
Poco convencida de mi respuesta, Paula me pide, insistentemente, que le muestre el gato que vive “dentro de la casa” y tras esas grandes puertas de madera de tea. Y al mismo tiempo siento que me estoy metiendo en un callejón, un callejón juguetón y simpático, pero no cabía duda de que era un auténtico callejón sin salida. Un callejón del que no sabía si podría salir airosa después de mi conversación con Paula.
Persistente, esa sensación de querer saber qué hay detrás de esas puertas, intentar olfatear con mis sentidos la atmósfera que rodea a la bodega, la viga gruesa de madera a la derecha, apenas insinuante, tan características de esos viejos lagares canarios. La parra de viña que se acerca, sugiriéndose levemente, en la esquina izquierda de la foto, y que parece aderezar de una manera tímida el encuadre, pero sin querer ser protagonista de nada, pero en el fondo, siendo, al final,  el auténtico centro de la acción de la propia vendimia.
Flanqueando las dos puertas de tea están las piedras. Gruesas piedras de basalto, duras, firmes y toscas. Sin pulimento alguno, y de  relleno, alguna pequeña laja entre piedra y piedra. Auténticas como la propia naturaleza pétrea. A lo sumo, apiladas hasta formar fuertes paredes sin argamasa, ni barro, ni cal en el exterior y, dentro, detrás de esos muros impenetrables, a la vez que protectores, la bodega... tal vez enjalbegada. En el lagar, no muy lejos de la bodega, racimos, bagazos, mosto y orujos. Lugar del aguapié, de levantada de la piedra, de foniles, de barriles y barricas, de fermentos y de grados, de efluvios y de olores… Así era el lagar y la bodega de mi infancia. Y al retrotraerme en  mi pensamiento tuve que arreglármelas para convencer a Paula de que era verdad, que esa bodega tenía un gato dentro. Poco convencida se me acerca y me sopla al oído –Eso no será una mentirita tuya- ¡Glup! Tragué nudos. Nunca había mentido y menos  a un infante. Y  por ese juego de magia y recuerdo a la vez, me había metido en terreno resbaladizo, poco propio de mi forma de actuar ya que no me perdonaría mentirle a un niño. ¿Cómo iba  yo a sacar al gato de la bodega? Había que invitarlo a salir, ya que tanto Paula como yo oímos a ese gato casi maullar, lo vimos asomar su cabeza por una esquina de una de las puertas, atusándose los bigotes y observándonos con sus dos ojos brillantes y medio achinados. Paula llegó al acuerdo conmigo de que el gato sólo podría salir, cuando mi pintura estuviera completamente terminada.
Cada día en que Paula, acompañada de su abuela, llega, al igual que yo, decidida a pintar y a dibujar; cada día, siempre me hace la misma pregunta: -¿ya está el cuadro terminado?- Ambas permanecemos a la espera de que esa bodega nos descubra, por fin, ese halo misterioso que capturó su mirada y la mía. Y que la magia que salía de la foto, conjuntamente con los distintos destellos de luz que la abrillantaban, nos envuelva en colores de calidez y armonía. El gato apareció, claro que sí, detrás de  la penumbra de la bodega, aquella que invitaba a ver más allá, pero eso lo contaré en otro  relato.


Dedicado a Paula especialmente. A Miércoles y a su bebé. http://viajeanada.blogspot.com/ por la buena nueva. También al gato que cumplió su cometido.Al portal web http://www.aprenderaprogramar.com/ que tuvo mucho que ver en este cuento. Y al taller  de Pablo que sigue nuestras andanzas http://pablinish.wordpress.com/




El Cascanueces, Tchaicovsky (Danza del Hada) by Varios on Grooveshark

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viernes, 25 de noviembre de 2011

Vejez


 


                                                                  Foto Tanci




 

Siendo un desgaste
el paso de los años
perdura su huella.

 
 
 



Canción De Cuna (Sobre Una Melodía Tradicional Irlandesa) by Manuel Balboa on Grooveshark

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martes, 22 de noviembre de 2011

Vínculo

                                                                                          Foto Tanci


 


A todas horas
las olas y la arena
en convivencia.






Violin Concerto No. 3 by Mozart on Grooveshark


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lunes, 14 de noviembre de 2011

Fisgoneo


                                                                                         Foto Tanci
 


 

Esa tórtola
posada en el alero
mira indagante.







Concerto: Andante by Haydn on Grooveshark

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martes, 8 de noviembre de 2011

Deleite












 
¿Dónde se fueron
las efímeras flores
de mi alegría?











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jueves, 3 de noviembre de 2011

In memoriam

                                                                            Foto Tanci




Todos los santos
ánimas rescatadas
del columbario.


 






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viernes, 28 de octubre de 2011

Melancolía




                                                                           Foto Tanci





Con Keith  Jarrett
llega la melancolía
el aplauso táctil
ritmos y melodías. 

               
  Encadenadas imágenes

foto, film o secuencia

encendidos colores
de amarillo, rojo,
azul o magenta.


Alguna forma cuadrada
redonda, oblicua o alargada
imitando a cualquier nota
               en medida matemática.              
                                                
   
Ningún puñal hiriente
   ni firme arma combativa 
 blando algodón aventado
                   para que tape mi herida.                

Escenas  abombadas
algunas deshilachadas,
inteligente naturaleza
que interpreta,
que transforma y crea.


Piano, bajo
batería y saxo
conexión al compás
cambios de sombras
variaciones y notas.


Añade la parte visual
a esta obra musical
sólo con oirla
me transporta un poco más.


                              
                                                                                                                Foto Tanci




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lunes, 24 de octubre de 2011

Agazapada

                                                                                                                                                Foto Tanci

 
 
La espero y no llega. Hizo, tímidamente, su aparición hace dos días, apenas. Allí, parada en amena y sinuosa charla, pude ver reflejada en su cara cierto matiz de alegría cantarina. Pude casi olfatear su cercanía. Después de mucho tiempo, meses, hizo su aparición con seductora timidez. Me volví para abordarla de frente. Quería encontrarme con ella, cara a cara, y descubrir, al fin, que me regalaba algunas gotas salidas de su interior casi granadas. Y que dejándolas caer sobre mí a borbotones, como si de certeros consejos se trataran, se convertirían en la dulce y palpable lluvia que penetra, que  se cuela, que limpia y que me llega. Que empapa y  que cala. Ese era el cambio propugnado al que quería tener acceso hacía tanto tiempo. Ese era el cambio de estación más allá de estadios, de edades y de tiempos. Tal vez no quiere ser vista y permanece agazapada, o a la espera bajo un paraguas rojo o de color magenta. Lluvia que se esconde, que la deseo, que la intuyo... pero no llega.





  
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sábado, 15 de octubre de 2011

Candidez

                                         






Trajo alegría e ilusión
coloretes en la cara
sombrero de fieltro viejo
con retazos de color.








Captar la sonrisa de un infante
saltar y brincar en derredor
la niña en brazos de su padre
algo más lenta bailó.







Alboroto y piruetas
en el aire una canción
de  regalo, un gran aplauso
por ser  payaso con candor.







Y me hizo sonreír
bajo un toldo con estrellas
en aquel cerco de circo
estaba la luna llena.







En aquel cerco de circo
llegó un brillo de esplendor
en butaca de cinco estrellas
brotó la magia de mi corazón.








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sábado, 8 de octubre de 2011

Acomodo

                                                                                                            Foto Tanci




Quedó signado
  en un muro ajustado  
de cal y canto.

                                
Quedó atrapado
                              entre un muro apretado                               
                       cuadriculado.                        




                                                                                                        Foto Tanci







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